Cumbre del Clima
A la busca de un acuerdo "in extremis" que salve la COP28
Las negociaciones sobre los combustibles fósiles han acentuado las diferencias entre dos bloques: el grupo de países productores y aquellos que buscan acciones inmediatas contra la crisis actual
No ha habido más remedio que recurrir al tiempo de prórroga para intentar alcanzar un cierre a la Cumbre del Clima de Dubái que suponga un compromiso con el medio ambiente y el planeta. Desde el pasado 30 de noviembre cerca de 200 estados intentan alcanzar un acuerdo de cara al anhelado Balance Global, que determinará si la reunión ha logrado impulsar los esfuerzos globales para limitar el cambio climático o por el contrario se considerará un fracaso.
Después del último borrador dado a conocer este lunes por la presidencia de la COP28, que dejaba a un lado la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la sustituía por lograr las cero emisiones en 2050, las posiciones se han enconado aún más en los dos bandos. De un lado, la resistencia de los países productores de gas, carbón y petróleo, y de otro los estados que tienen conciencia del momento crucial que atraviesa la crisis climática y que piden de una vez acciones para enfrentarla.
El sultán Al Yaber “no calculó que el debate final se centraría sobre los combustibles fósiles”, ha señalado la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, uno de los países que se ha mostrado en Dubái más comprometido con la transición energética justa y el fin del uso de los combustibles fósiles, pese a ser productor de carbón y petróleo: “De aquí no podemos salir con un mensaje blando frente a la realidad científica”, ha señalado en una entrevista a Efe. No obstante, añade que “también hay un sector, que no es tampoco menor, que no quiere ver ninguna referencia” a la eliminación de los combustibles fósiles, y eso implica que están defendiendo obviamente sus propios intereses económicos legítimos. Pero eso no puede hacerse a costa de la seguridad de todos”, ha destacado Susana Muhamad.
Por ello, la clave pasa por conseguir la transición energética en esos países. “El camino es considerar las diferencias y entender que hay que enfrentar la dificultad de esa transición, ya que hay economías enteras que dependen de la exportación y producción de combustibles”, ha afirmado, por lo que se necesitan “respuestas financieras internacionales”.
En este sentido, el director general de la Cumbre del Clima, Majid al-Suwaidi, ha indicado que las críticas la borrador eran esperadas y que el objetivo era que el texto “provocara conversaciones”. Así, ha indicado que hasta el lunes no se supo cuáles eran las “líneas rojas” de cada país, lo que ha permitido a los negociadores trabajar sobre un nuevo texto. No obstante, ha puntualizado que la responsabilidad de lo que se apruebe será de las delegaciones gubernamentales y de lo ambiciosas que sean en la protección del clima, informa Ep.
El último documento, de 21 páginas, propuesto por la presidencia de la COP28 provocó una enérgica reacción en el seno de la Unión Europea y decenas de otros países que lo han considerado decepcionante e inadecuado, además de en las organizaciones ecologistas.
Teresa Ribera, vicepresidente tercera de España y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha expresado su deseo de clausurar la Cumbre del Clima (COP28) con acuerdos que impliquen una llamada a la acción para mitigar los efectos del cambio climático. "Empezamos muy bien con el acuerdo de pérdidas y daños (para compensar a países vulnerables), y queremos terminar la COP28 proporcionando al mundo lo que necesita en este momento", ha indicado.
La directora de políticas y economista principal del Programa de Clima y Energía de la Unión de Científicos Preocupados (UCS, por sus siglas en inglés), Rachel Cleetus, no se ha contenido a la hora de valorar el texto: “Me hago eco de los comentarios de los partidos de la sociedad civil: la buena noticia es que todos estamos de acuerdo en que este texto es una mierda. Tenemos que solucionarlo, sabemos para qué vinimos aquí. La era de los combustibles fósiles tiene que terminar ahora, no en un futuro lejano en 2050”, ha aseverado. Para Cleetus “hay muchas invocaciones vacías al 1,5”, e incluso no ha dudado en afirmar que la presidencia de la COP28 ha escrito el texto con lo que “le han susurrado al oído los negociadores de Arabia Saudí y Estados Unidos”.
Para Romain Ioualalen, director de campañas de Oil Change International, el borrador del lunes no refleja la ciencia, no refleja las demandas del movimiento global por el clima y la justicia climática para una eliminación gradual justa y totalmente financiada de los combustibles fósiles. Además, ha advertido de que los países desarrollados no han cumplido con sus obligaciones financieras en este proceso, pese a que enviaron una señal clara de que las naciones en desarrollo recibirían apoyo financiero durante la transición.
Precisamente las discusiones sobre la financiación climática han sido otro de los puntos “calientes” de los enfrentamientos durante esta Cumbre. La necesidad de apoyo económico para asumir la transformación que necesita la descarbonización y disminuir los impactos climáticos inevitables han acaparado buena parte de las conversaciones. “Si vamos a conseguir el paquete de transición energética tendrá que venir acompañado de una promesa de apoyo financiero y tecnológico para esa transformación, en particular para los países en desarrollo que no están recibiendo esos flujos de financiación en este momento”, ha manifestado Catherine Abreu, directora de Destination Zero.
“La gran mayoría de la financiación para la energía limpia va actualmente al Norte global y a China”, ha indicado Abreu, ya que después de la pandemia de Covid muchos países en desarrollo “tienen dificultad para asumir sus deudas y así el riesgo de los préstamos y las inversiones también es mayor”.
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