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Casetas rehabilitadas para proteger especies en peligro
Gas Natural Fenosa y GREFA rehabilitan casetas de transformadores eléctricos en desuso con el objetivo de albergar fauna amenazada y estudiar su fenología. Las tres construcciones elaboradas se encuentran en las provincias de Cuenca y Segovia, donde se instalaron cajas-nido para su identificación.
Gas Natural Fenosa y GREFA rehabilitan casetas de transformadores eléctricos en desuso con el objetivo de albergar fauna amenazada y estudiar su fenología. Las tres construcciones elaboradas se encuentran en las provincias de Cuenca y Segovia, donde se instalaron cajas-nido para su identificación.
Gas Natural Fenosa y GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) han firmado un convenio de colaboración para llevar a cabo actuaciones medioambientales. Entre ellas está la rehabilitación de antiguas casetas de transformadores eléctricos que se encuentran fuera de uso, para convertirlas en puntos de biodiversidad para las especies protegidas y amenazadas de nuestro entorno natural. Este proyecto supone una labor de rehabilitación y adecuación de estas edificaciones para proporcionar lugares de reproducción y refugio a diferentes especies silvestres. Este programa nace de la observación por parte de los naturalistas de GREFA de que ciertas especies utilizaban de forma espontánea estas casetas fuera de uso como hábitat de cría y refugio.
Este programa surge cuando «nos dimos cuenta de que en las casetas abandonadas de los transformadores eléctricos se meten muchas lechuzas, cárabos, mochuelos, chovas piquirrojas, murciélagos... Por eso decidimos proponer a Gas Natural Fenosa un proyecto para rehabilitar este tipo de construcciones que, con el tiempo se van deteriorando, y hacerlas aptas para que vivan varias especies. El objetivo es hacer un gran hotel singular para que convivan todos juntos y en buenas condiciones y facilitar el proceso de cría y refugio, de modo que, cada año se rehabiliten varias casetas para la fauna. Así podremos tejer en el territorio toda una red de puntos de biodiversidad», asegura Fernando Garcés, secretario general de GREFA.
Esta organización sin ánimo de lucro nace en 1981 como una asociación encargada del estudio y conservación de la naturaleza. Se trata de un grupo formado por personas sensibles a ciertas actividades humanas que provocan el deterioro y la destrucción de gran parte de nuestro ecosistema.
«Cuando GREFA nos propuso rehabilitar las antiguas casetas de transformación eléctrica para crear puntos de biodiversidad, nos pareció una idea estupenda y nos pusimos a trabajar conjuntamente», añade José García Martínez, responsable de desarrollo sostenible y biodiversidad de Gas Natural Fenosa. Hasta ahora, las tres construcciones rehabilitadas se encuentran en los términos municipales de Uña y Villalba de la Sierra (Cuenca) y en el municipio castellano-leonés Navas de Riofrío (Segovia).
Estas singulares instalaciones han sido recientemente adecuadas para facilitar la cría en cautividad y el reforzamiento de la fauna silvestre de la zona, como por ejemplo lechuzas, mochuelos, chovas piquirrojas y diversas especies de murciélagos. En cada una de ellas se han instalado veinte nidales y diferentes refugios. Las edificaciones caídas en desuso existentes en zonas de hábitats naturales y seminaturales, e incluso aquellos lugares habitados por el hombre suponen una magnífica posibilidad para crear dichos puntos de biodiversidad.
«Así lo estamos haciendo desde hace años en los silos agrícolas para crear colonias de cernícalo primilla, un pequeño halcón migrador considerado por los expertos como una especie amenazada. Hemos empezado a hacerlo ahora para otras muchas especies en las casetas de transformadores, gracias a la colaboración de Gas Natural Fenosa», apunta Garcés.
En este proyecto, en el que El Museo de Ciencias Naturales-CSIC actúa como asesor científico, se plantean objetivos como la utilización de las casetas que se consideren óptimas para proceder a su adecuación y restauración. En los transformadores que se crean oportunos ecológicamente, Gas Natural Fenosa y GREFA realizarán reforzamientos puntuales de fauna agreste. Por último, consideran necesario elaborar un protocolo de seguimiento y estudio sobre la fenología de las especies beneficiadas y su entorno, factor que a parte de determinar el éxito del proyecto ayudará en la aportación de datos sobre la biología y ecología de los ejemplares.
Dentro del protocolo de seguimiento se llevará a cabo la revisión de los refugios y cajas-nido instaladas en el conjunto del transformador. El número de revisiones puede ser variable, pero, al menos tienen que ser dos o tres para poder abarcar todo el periodo reproductor de la especie, hecho que se da principalmente en primavera, aunque, si fuera necesario se podría realizar alguna visita adicional a lo largo del año. Estas cajas, que están colocadas a una cierta altura servirán para la inspección, identificación y registro de la especie ocupante, en este caso, principalmente aves, murciélagos y reptiles. Una vez se haya producido su apertura se procederá a la determinación de la especie. Para ello, los expertos se basan en factores como el tipo de nido, material empleado para su construcción o presencia de pollos, adultos o bien restos de presas, como egagrópilas, plumas o excrementos.
Concluida la revisión de las cajas-nido, el marcaje científico de los ejemplares que las ocupan es una de las partes más importantes del proceso de seguimiento, ya que proporciona toda una serie de datos sobre la biología y ecología de las especies objeto de estudio, como son: movimientos, migración, logevidad, supervivencia, reclutamientos... parámetros básicos en el estudio de la conservación de las aves y otros organismos.
En aquellas cajas-nido en las que se confirme la reproducción y la presencia de pollos, se procederá al marcaje y anillamiento científico. Para proceder a este marcaje se aplica una anilla metálica numerada en la pata del ave, que varía de tamaño según la especie. La aplicación de las anillas se hará con unos alicates especiales. Además se tienen que tener en cuenta una serie de medidas biométricas de cada ejemplar, como son la longitud del ala, tarso, cola, peso... Estas anillas suponen el carnet de identidad único de cada ejemplar, que permite obtener información adicional de carácter científico, así como la condición física de las aves y su estado general de salud.
Para el buen funcionamiento de este proyecto y para garantizar la consolidación de las especies es vital una labor de mantenimiento, limpieza y arreglo de nidales, que ayudará a la consolidación de los ejemplares.
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