Investigación científica
Descubierta la droga más prometedora para combatir depresiones
Un equipo de investigadores obtiene de la ketamina una sustancia que podría convertirse en fármaco psicoactivo.
Un equipo de investigadores obtiene de la ketamina una sustancia que podría convertirse en fármaco psicoactivo.
Aquellos que estén familiarizados con la información sobre la depresión, que la padezcan o la hayan padecido o quienes simplemente gusten de leer literatura médica sobre los males de la mente conocerán el caso de la ketamina. Para los que no lo hagan baste decir que esta sustancia sintetizada en los años 60 del siglo pasado como droga disociativa ha ganado fama recientemente por su posible utilidad en la curación de episodios depresivos graves. En realidad es un alucinógeno, también usado en ocasiones como anestésico que, en dosis subanestésicas mejora los síntomas de la depresión. Lo hace de manera espectacular por su eficacia y su rapidez. De hecho, algunos estudios clínicos demuestran que la mejoría en los pacientes empieza a experimentarse solo 72 horas después de tomar el producto. Sin embargo, el precio que hay que pagar es demasiado alto. Los efectos secundarios pueden ser devastadores, está relacionada con episodios graves de alucinación y disociación y por ello su uso terapéutico es desaconsejado.
Aunque puede que exista una alternativa más segura. Un equipo de investigadores de la Universidad de Maryland ha identificado un metabolito de la ketamina que revierte los síntomas de la depresión en ratones pero sin los efectos secundarios asociados. Así al menos lo han hecho saber en un estudio publicado ayer en la revista «Nature».
Los autores han probado en animales de laboratorio los efectos de diferentes sustancias derivadas de la descomposición de la ketamina. Encontraron especial interés en una de ellas, hidroxinorkeamina (NHK) que desde hace años se ha estudiado como un posible fármaco psicoactivo.
Cuando se bloquea la capacidad de la ketamina de generar NHK, la sustancia pierde su capacidad curativa. Es decir, en el NHK reside buena parte de la eficacia terapéutica de la peligrosa ketamina. Lo que no se sabía hasta ahora es cómo funcionaría la administración de NHK puro, sin presencia de su molécula «madre».
Para sorpresa de los investigadores, este metabolito por su cuenta mantiene los efectos positivos contra la depresión en ratones, pero ofrece muchos menos riesgos y tiene muy limitados efectos secundarios adversos. Desde su descubrimiento, la ciencia ha asumido que la ketamina es un buen antidepresivo por la misma razón que es un alucinógeno: porque bloquea un receptor concreto del glutamato, el llamado recepto NMDA. Pero ahora se ha descubierto que eso no es verdad. De hecho, el metabolito NHK no actúa sobre ese receptor del glutamato sino sobre otro: el AMPA.
El hallazgo cambia radicalmente la compresión de los efectos de la ketamina en el cuerpo y abre una puerta a poder utilizarla en seres humanos sin peligro. De hecho el NHK ha estado presente en el cuerpo humano como derivado de la ketamina desde que ésta se emplea como droga y no parece ser peligroso.
La neuroquímica de la depresión es muy compleja. De todas las sustancias conocidas que pueden estar implicadas en el estado de ánimo, dos de ellas han sido el objeto de estudio predilecto de los expertos a la hora de buscar una cura para este mal: la serotonina y la norepinefrina. Los medicamentos más comunes contra la depresión (Prozac o Lexapro) trabajan sobre estas sustancias. En condiciones normales, el cerebro secreta serotonina y norepinefrina en pequeñas dosis y, si existe un exceso de ellas en el medio en el que viven las neuronas, las células recapturan la cantidad sobrante. Los medicamentos comunes son inhibidores de la recaptación, es decir, bloquean la capacidad natural de retirar esas sustancias del medio neuronal. Con ello se estimula la actividad neuronal por encima de lo normal y se reducen los síntomas de la depresión. Pero esta estrategia solo es eficaz en depresiones menores (más o menos el 50 por 100 de los casos). Cuando el mal es grave no suele reaccionar a ningún medicamento. La introducción de este nuevo metabolito de la ketamina podría ser una gloriosa excepción.
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