Ciencia y Tecnología
Dime cómo es tu cerebro y te diré cómo eres
Las capas más externas de este órgano pueden explicar por qué algunas personas son más gruñonas que otras, de acuerdo con un estudio. Pero otros neurocientíficos discrepan
Las capas más externas de este órgano pueden explicar por qué algunas personas son más gruñonas que otras, de acuerdo con un estudio. Pero otros neurocientíficos discrepan
Abierto, altruista, controlador, introvertido, gruñón... ¿Se identifica con alguno de estos rasgos de personalidad? Si la respuesta es afirmativa, deje de buscar el origen de su forma de ser y actuar en sus padres o familiares cercanos, ya que de acuerdo con un nuevo estudio científico, su cerebro es el que ha determinado cómo debe ser. Es decir, son nuestras neuronas las que marcan cómo nos mostramos a las personas que nos rodean. «Vincular la estructura de nuestro cerebro con los rasgos básicos de la personalidad es un paso crucial para mejorar la comprensión de la relación entre la morfología del cerebro y el humor que tenemos cada uno, los cambios cognitivos o los trastornos de conducta», explica Luca Passamonti, uno de los autores e investigador del departamento de Neurociencias de la Universidad de Cambridge.
Así, esta nueva investigación, que se ha publicado en «Social Cognitive and Affective Neuroscience», asegura que los rasgos que marcan la forma en la que nos relacionamos con los demás tienen su origen en nuestro cerebro. Los psicólogos que han participado en el estudio apuntan a que todas las personalidades se pueden enmarcan dentro de las consideradas como las «Cinco Grandes». El inseguro o malhumorado, el extrovertido (es entusiasta y alegre), el abierto (con una gran amplitud de miras), el agradable (tiene un gran sentido del altruismo) y el considerado recto.
Para llegar a estas conclusiones, científicos de tres países diferentes (Reino Unido, Italia y Estados Unidos) han podido analizar las imágenes de los cerebros de 500 voluntarios que participan en el proyecto estadounidense Human Connectome, una iniciativa avalada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. En concreto, lo que buscaron los científicos era determinar las posibles diferencias que existen dentro de las cortezas cerebrales, por lo que analizaron la anatomía externa del cerebro. Midieron tanto su grosor como el área que abarca, así como el número de pliegues y relacionaron estas mediciones con los «Cinco Grandes».
De los datos que extrajeron han determinado que si la corteza es más gruesa, los rasgos de personalidad están más vinculados con la inseguridad. Pueden estar predispuestas a desarrollar trastornos neuropsiquiátricos. El área cerebral de este tipo de persona también es más reducida, así como los pliegues que tienen en las cortezas prefrontales.
En el otro extremo están las personas abiertas y extrovertidas, cuyos rasgos cerebrales son opuestos a los descritos anteriormente. «Nuestro trabajo apoya la idea de que la personalidad está, en cierta medida, ligada a la maduración del cerebro, un proceso de desarrollo que está fuertemente influenciado por factores genéticos», asevera otra de las autoras, Roberta Ricelli.
Sin embargo, no todos los neurocientíficos están de acuerdo. «Este estudio nos quiere hacer ver que las personalidades están encajadas, que no existen estadios intermedios. Y no es así», argumenta Salvador Martínez, director del Instituto de Neurociencias de Alicante. Martínez, que ha podido revisar la investigación, e insiste en que no es del todo preciso determinar que «la personalidad pueda estar marcada por un mayor o menor grosor de la corteza cerebral. Nada es tan homogéneo. Dentro de este estudio, ¿dónde tienen cabida los estados de ánimo que nos marcan cada día?», pregunta.
En realidad, «tenemos muy pocas ideas de que relación tienen nuestras conductas con la actividad cerebral. No sabemos, por ejemplo, ni cómo se producen las depresiones, sólo conocemos que la serotonina las alivia, pero no tenemos ni idea de por qué», añade.
Para Martínez, lo que sí está relacionado con nuestro comportamientos es la neuroplasticidad, que «nos permite adaptar nuestrocomportamiento a cada circunstancia. Por eso todo ser humano es capaz de cambiar, de aumentar el número de conexiones cerebrales».
Diferencias
►El malhumorado
Como se reflejan en las imágenes cerebrales, el grosor y el número de pliegues que se aprecian en las cortezas frontales del cerebro varían en función del individuo y, de acuerdo, con el estudio, cuando menor es el grosor y la cantidad de pliegues cerebrales, la personalidad que prevalece es la del inseguro e introvertido, también relacionada con las personas más gruñonas o que son más pesimistas.
►El extrovertido
Las personas que son más abiertas y agradables tienen una corteza cerebral completamente opuesta a los anteriores. Por lo tanto, mientras su grosor es mayor, el número de pliegues que se extienden por este órgano es numeroso. No obstante, los neurocientíficos insisten en la plasticidad de los cerebros a la hora de afrontar diferentes circunstancias.
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