Ciencias humanas
¿Es posible cultivar células madre humanas en embriones de cerdo?
El bioquímico Juan Carlos Izpisúa cree que la medicina regenerativa, tiene un potencial «ilimitado».
El bioquímico Juan Carlos Izpisúa, del Instituto Salk de La Jolla (California, EEUU), plantea la posibilidad de introducir células madre humanas en embriones de cerdo para obtener otras células que puedan usarse para trasplantes, salvando así los problemas que tiene este proceso en el laboratorio.
Durante su participación en una conferencia internacional sobre células madre e inmunidad que se celebra en Santa Cruz de Tenerife, este investigador ha defendido que el actual es un momento “realmente revolucionario” para la medicina regenerativa, a la que ve un potencial “ilimitado, siempre y cuando se tengan todas las consideraciones éticas que como humanos hay que aplicar”.
Una de las posibilidades para regenerar es poner en cultivo fuera del organismo células madre, que son capaces de vivir en una placa Petri si se les suministra alimento adecuado, ha explicado el científico en un encuentro con periodistas.
El problema reside en cómo educar a esas células madre para que en la placa de laboratorio se conviertan en las células especializadas que se pierden por enfermedad o por el envejecimiento.
Izpisúa ha subrayado que, durante los últimos años, muchos laboratorios han intentado generar esas células y han hecho que se haya llegado a un momento “realmente revolucionario” para comprender de qué manera sería posible cultivar células en una placa Petri.
Sin embargo, ha añadido, la ciencia tiene que reconocer por ahora su incapacidad, porque ignora cómo conseguirlo y sólo ha llegado a producir células que no son lo suficientemente maduras para que sean funcionales.
En la jornadas organizadas en Tenerife por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en colaboración con la Fundación Alfonso Martín Escudero, este bioquímico ha señalado que las células que se generan en una placa no son idénticas a las del embrión, por lo que puede resultar que no sean funcionales.
Ante ello, ha planteado dos alternativas, la primera de las cuales consiste en aprovecharse de la capacidad endógena de regeneración que tienen algunos animales.
Se conoce ahora que desde su nacimiento hasta unas semanas después, los órganos del ser humano tienen capacidad de regenerarse, ha señalado este investigador, quien ha explicado que la regeneración está codificada en el genoma humano y no se ha perdido durante la evolución, si bien esa capacidad sí que se pierde a medida que el individuo crece.
Y ya que no se sabe cómo educar una célula humana en una placa de Petri para que se especialice, la alternativa es dejar que lo haga un embrión. Para ello, Izpisúa propone introducir las células humanas en embriones de cerdo para producir otras células.
Izpisúa ha confiado en que, en pocos años, la generación de células ya sea “in vitro”, induciendo la regeneración endógena, o que un animal lo haga por los humanos.
Está convencido de que se han superado algunos problemas morales en cuanto a conseguir células muy similares a las madre sin usar embriones, pues no cree que pase nada por usar un pelo para trabajar en células madre.
Pero, a su juicio, sí pueden conllevar ciertos problemas éticos cuestiones como crear células y tejidos en otros animales y la capacidad de manipular el genoma humano para determinadas enfermedades, algo que puede ser positivo, pero que también puede tener connotaciones negativas.
Modificar el genoma humano para curar enfermedades que pueden cambiar el curso de la evolución humana puede crear conflictos morales, así que Izpisúa es partidario de que toda la sociedad decida sobre estas cuestiones.
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