Arqueología
Los mayas: el origen impuro de la civilización
Frente al mito popular, un estudio señala que no vivieron aislados
Daniela Triadan y Takeshi Inomato son un matrimonio poco común. No sólo porque ella es de origen suizo –con antecesores italianos– y él –su nombre lo dice todo– es japonés, sino porque hace 20 años decidieron instalarse en la ciudad guatemalteca de Ceibal. «Queríamos reevaluar esta zona, descubrir si los yacimientos que ya se habían localizado allí eran más antiguos de lo que se determinó en un principio». Es la doctora Triadan la que, desde su despacho en la Universidad de Arizona (Estados Unidos), atiende a LA RAZÓN. Ahora, gracias al uso del carbono, han localizado los orígenes más primitivos de la cultura maya que se han documentado hasta hoy. Su descubrimiento, sin embargo, obliga a revisar las actuales teorías del nacimiento de esta importante civilización.
Su equipo ha tardado más de cuatro temporadas –tres meses al año– en llegar «a la roca madre. La que tallaron los primeros pobladores de esta zona y que hemos determinado que construyeron alrededor del 1.000 a.C», explica. Éstos son los yacimientos más antiguos que se han localizado en el área de influencia maya. Una de las civilizaciones que consideran que pudo influir en este movimiento son los Olmecas, y su origen es un poco más tardío, alrededor de 800 años a.C. Por ello, Triadan, Inomato y el resto de equipo que firman esta investigación en «Science» se preguntan: «¿Qué ocurrió en esos 200 años de diferencia entre lo que hemos descubierto y los primeros vestigios Olmecas?». La primera respuesta se la da su reciente hallazgo: «El complejo ceremonial que hemos encontrado tiene un estructura similar a la de los que poblaban Chiapas (una provincia mexicana) en la misma época». Para localizar la pirámide primigenia han tenido que excavar 18 metros, ya que, sus sucesores utilizaron este altar ceremonial como base para seguir elevando su estructura. La localización de «algunos escondites donde se han encontrado hachas de jade y que, posteriormente cubrieron de barro indican que conocían las ofrendas Olmecas», afirma la experta. Así, en el artículo que publica la revista científica, sus autores afirman que «el yacimiento de Ceibal emergió de amplios intercambios culturales que se dieron entre 1.000 y 600 años a. C. Gracias a las nuevas dataciones de este grupo internacional, el centro costero de La Venta, principal centro ritual de los Olmecas, y que se consideraba el «padre» de la civilización maya, podría no serlo ya que su construcción se retrasa cerca de 200 años.
¿Hubo sacrificios humanos?
Uno de los rituales que los arqueólogos atribuyen a la civilización maya es el sacrificio de personas. Así reforzaban la consanguinidad con los dioses. En el yacimiento de Ceibal, «por ahora, no hemos localizado enterramientos con cuerpos desmembrados que nos indiquen que estos sacrificios se hacían 1.000 años a.C», afirma la arqueóloga Daniela Triadan. Eso sí, «localizamos una concha que tenía grabada una cabeza decapitada. Esto puede ser una especie de trofeo que realizaron tras ganar alguna batalla, pero aún no lo tenemos claro», añade.
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