Agencia Espacial Europea
Un hambriento agujero negro despierta 26 años después
Astrónomos de todo el mundo han podido observar por primera vez, y con gran precisión, el momento en que un agujero negro engulle y expulsa masa procedente de su estrella vecina. Se trata de un objeto muy voraz que se ha despertado después de 26 años, informa la agencia Europa Press.
Desde la noche del 15 de junio, cuando saltaron las primeras alarmas de la presencia de un brillo extraordinario, telescopios de todo el mundo apuntan hacia V404 Cygni, un sistema binario compuesto por un agujero negro y una estrella que orbitan uno alrededor de la otra. Se encuentra en la Vía Láctea, en la constelación del Cisne, a casi 8.000 años luz.
Según ha explicado Teo Muñoz-Darias, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en un sistema binario de estas características «las capas externas de la estrella se sienten más atraídas por la gravedad del agujero negro que por la de la propia estrella, así que se empieza a transferir material en torno al agujero negro y se forma un disco de acreción».
«Cuando el disco es suficientemente denso, se producen inestabilidades que precipitan la caída del material acumulado sobre el agujero negro y dan lugar a las erupciones que se observan actualmente», ha apuntado.
Es decir, tras una larga temporada de quietud, en la que no se emiten rayos X, cuando el agujero negro «engulle» esta materia, se generan rayos X y radiación en altas energías. «Lo que nosotros vemos inicialmente es un aumento brusco de brillo a muy altas energías», ha señalado el investigador.
Según ha explicado, la materia se aproxima al agujero negro y parte de ella se transforma en energía por un mecanismo que está, de algún modo, íntimamente ligado a la expulsión de parte de esa materia. Estas eyecciones pueden ser estudiadas por primera vez con telescopios ópticos.
En cuanto se confirmó este fenómeno, el Gran Telescopio de Canarias (GTC) activó un ‘Target of Opportunity’, unas observaciones reservadas para eventos extraordinarios, y desde la noche del día 17 están trabajando en ello.
«Gracias al gran tamaño del área colectora del espejo del GTC, podemos tener un espectro cada cien segundos. Estamos viendo líneas de emisión típicas de estos sistemas cuando están activos y, además, vemos que hay detalles de estas líneas que cambian rápidamente. Concretamente, detectamos variaciones que nos indican que parte del material es también expulsado del sistema a grandes velocidades», ha señalado el científico.
El descubrimiento de este tipo de sistemas binarios de estrella y agujero negro se produce precisamente en momentos de erupción como el que se está observando estos días. De hecho, V404 Cygni se pudo caracterizar y medir su masa gracias a su última gran erupción de rayos X, que data de 1989 (hasta entonces se pensaba que era una estrella variable tipo nova, es decir un sistema binario con una enana blanca en vez de un agujero negro).
Unos pocos sistemas binarios de este tipo (estrella y agujero negro) muestran erupciones cada pocos años, mientras que la inmensa mayoría permanecen «hibernados» durante muchas décadas o incluso siglos. V404 Cygni ha estado «dormido» desde 1989. Su periodo de actividad parece tener una frecuencia de entre 20 y 30 años, porque también se registraron erupciones precedentes (en placas fotográficas) en los años 30 y a finales de los años 50 del siglo pasado.
Europa Press
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