Investigación científica
Una nueva técnica multiplica las posibilidades de ser madre en mujeres con cáncer
Utiliza folículos ovarios como banco de células que puedan regenerar la capacidad de fecundación si se ve afectada por la medicación
Utiliza folículos ovarios como banco de células que puedan regenerar la capacidad de fecundación si se ve afectada por la medicación
Recibir un diagnóstico de cáncer es siempre un drama. Si, además, la persona afectada es una mujer en edad fértil y con deseos de ser madre en el futuro, al dolor y la incertidumbre provocados por la enfermedad se añade el miedo a que la terapia perjudique su capacidad de fecundar. De hecho, en no pocas ocasiones la decisión sobre el comienzo de la medicación se ve afectada por el miedo a no poder volver a ser madre. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Michigan ha descubierto una nueva estrategia para ayudar a estas mujeres a que combinen su terapia contra el cáncer y su deseo de preservar intacta su fertilidad. La investigación, de momento, se ha desarrollado sólo en ratones, pero muestra un potencial enorme para que pronto pueda ser aplicada en mujeres jóvenes o incluso niñas que se ven obligadas a recibir tratamientos de quimio o radioterapia.
La idea es utilizar folículos ováricos como banco de células que puedan permanecer intactas y regeneren la capacidad de fecundación de la mujer en caso de que ésta quede afectada por la medicación. Los folículos son las unidades básicas de la fertilidad femenina y se encuentran en los ovarios. Se desarrollan durante la etapa embrionaria de la mujer, que puede llegar a generar millones de estas células encapsuladas. El 99 por ciento de ellos no llegará a madurar, el resto, seguirá un proceso de maduración cada 28 días que da lugar a los ovocitos fecundables.
Para estudiar su viabilidad, los investigadores han aislado grupos de folículos y los han encapsulado en un gel que preserva tejidos biológicos. En una segunda fase, reimplantaron los folículos a ratones hembra infértiles. Todas ellas desarrollaron un ciclo menstrual normal después del implante y un tercio de los animales parió crías sanas.
En la actualidad, cuando una mujer se somete a una terapia agresiva contra el cáncer puede optar por alguna de las técnicas comunes de criopreservación, que incluyen la congelación de embriones o de óvulos. En ambos casos, es necesario un proceso previo de estimulación hormonal de la ovulación que no siempre es posible en pacientes muy jóvenes. Además, la estimulación requiere tiempo y obliga a retrasar el comienzo del tratamiento.
Por eso, la posibilidad de conservar directamente el folículo (en su estado previo a la maduración) y poderlo trasplantar meses o años después abre una nueva y apasionante línea de trabajo que permite extender el tratamiento a más mujeres y, lo que también es muy importante, elimina las pegas éticas derivadas del uso de material embrionario.
Pero esta nueva investigación podría tener otra aplicación interesante, ya que el estudio arroja también información sobre el modo de reducir las células cancerosas que pudieran generarse durante el proceso de criopreservación.
Una preocupación habitual en este tipo de terapias es que el tejido ovárico autotrasplantado (es decir, las células que se extraen antes de la quimioterapia para congelarlas) puede conservar restos de las células cancerosas que obligaron a la paciente a someterse a tratamiento. Y estas células podrían reintroducir el cáncer después de haberlo superado por primera vez. En este nuevo trabajo los investigadores fueron capaces de reducir sustancialmente la cantidad de estas células tumorales circulantes antes de someter al folículo al proceso de conservación. De hecho, dos de cada cinco materiales trasplantados no contenían ni una sola traza de malignidad.
Por si fuera poco, otra de las virtudes de esta técnica reside en su ratio de éxitos. En los procesos convencionales de fertilización in vitro se puede alcanzar una probabilidad de gestación de un 33 por ciento por ciclo. Pero los ovarios contienen miles de folículos por lo que esta terapia multiplica las posibilidades de embarazo.
En el futuro, podrán preservarse miles de folículos de una sola mujer y esperar a que la paciente esté de nuevo en condiciones de tratar de ser madre, una vez superada la terapia contra el cáncer que ha padecido.
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