Ciencia
Científicos españoles ultiman los detalles del ensayo de un medicamento para la ELA
La fase 1 del ensayo, con voluntarios sanos, servirá para demostrar la seguridad del compuesto y descartar posibles efectos tóxicos
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad cuyas causas aún se desconocen y no hay tratamiento efectivo. La ciencia española da ahora un paso en esa dirección y ultima los detalles de un ensayo clínico para probar un nuevo candidato a medicamento.
La investigadora Ana Martínez, del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), espera que, "si todo va bien", durante el primer trimestre del 2026 pueda empezar el ensayo clínico en fase 1, que se prolongaría aproximadamente un año.
El candidato a fármaco, al que han llamado AP2 y se presenta en cápsulas, pretende invertir los cambios patogénicos en la proteína TDP-43 y con ello prevenir la muerte de las neuronas motoras, que son las afectadas por la ELA.
Por ahora, ultiman los detalles para presentar, a finales de septiembre o comienzos de octubre, la documentación para obtener el permiso de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y está previsto que el ensayo se realice en hospitales de Madrid.
"Tenemos mucha ilusión, somos conscientes de que el camino va a estar lleno de problemas a resolver, porque así es la investigación, pero para eso estamos aquí, para intentarlo, resolver y poder convertir este nuevo candi La fase 1 del ensayo, con voluntarios sanos, servirá para demostrar la seguridad del compuesto y descartar posibles efectos tóxicos.dato a fármaco en realmente un tratamiento eficaz", indica a EFE.
El proceso para crear y autorizar un fármaco puede durar más de una década y el paso que están apunto de dar es fundamental. La molécula formulada por el equipo de Martínez ya ha sido probada en animales y ahora lo será, por primera vez, en seres humanos.
Primum non nocere
Una de las máximas de la medicina es primum non nocere (lo primero, no hacer daño).
La etapa final de esa fase incluirá a 24 enfermos para comprobar si el compuesto atraviesa la barrera hematoencefálica y se analizarán distintos biomarcadores que puedan usarse en las siguientes fases.
La ELA, que sufren unas 4.000 personas en España, afecta a las neuronas motoras, encargadas del control de los movimientos voluntarios de los músculos, con lo que se va perdiendo la capacidad de movimiento, de hablar, comer y finalmente de respirar.
Es una enfermedad aún llena de preguntas. Aunque se sabe que combina factores genéticos, ambientales y la edad, se desconoce por qué se produce. Solo un 10 % de los casos son genéticos y el resto esporádicos.
También desconcierta que su desarrollo sea diferente en cada paciente. "En unos progresa más rápido, en otros más lento; en unos empieza por las extremidades inferiores, en otros con disfagia (dificultad para tragar). Queda muchísimo por estudiar", dice Martínez.
Pero sí hay una característica común. "En más del 97 % de los pacientes" se observan acumulaciones anómalas de la proteína TDP-43, que sale del núcleo de las células hacia el citoplasma. Una vez allí sufre una serie de modificaciones, se rompe y se fosforila, proceso este último que le lleva a formar agregados tóxicos.
Esta proteína cumple un cometido importante en el control del material genético y "lo que queremos es que vuelva al núcleo (de las células) y recupere esa función".
Pruebas en células y en ratones
El equipo liderado por Martínez creó una molécula que inhibe la quinasa CK1, la primera que se describió que fosforila a TDP-43. Con ello pensaron que se podría disminuir la acumulación de esa proteína en el citoplasma de las células.
Sin embargo, el resultado fue más allá. En las pruebas con células de pacientes, TDP-43 tendía a recuperarse, podía volver al núcleo, recuperar su función y se evitó que la proteína dañada alcanzara otras células.
El candidato a fármaco también mostró resultados prometedores en modelos de ratón modificados genéticamente para expresar esta proteína.
Martínez hace hincapié en que aún es "muy pronto" para decir si el fármaco AP2 podría ralentizar los efectos de la ELA o incluso detenerla.
"Si se reprodujeran los datos en animales, esperaríamos ver que la progresión de la enfermedad se ralentizaría muchísimo e hipotéticamente igual podríamos frenarla".
Proyecto cien por cien español
Una investigación que lleva un sello totalmente español, nacida en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y después transferida sucesivamente a las biotecnológicas Ankar Pharma y Molefy Pharma, ambas spin-off del CSIC y con Arquimea como socio mayoritario, explica Martínez.
Aunque aún no ha empezado la fase 1, el equipo ya piensa en la 2 y la 3, para las que serán necesarios más inversores y a Martínez le gustaría que fueran españoles, "que este proyecto fuera cien por cien hecho en España, porque aquí se hace ciencia muy buena".