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Cinco claves para elegir tu carrera universitaria

Tomar esta decisión vital requiere informarse a conciencia e incluso contar con un asesor personal

Para elegir profesión, debemos primero saber cómo somos y para qué cosas estamos capacitados / Foto: Rubén Mondelo
Para elegir profesión, debemos primero saber cómo somos y para qué cosas estamos capacitados / Foto: Rubén Mondelolarazon

Tomar esta decisión vital requiere informarse a conciencia e incluso contar con un asesor personal

Para aquellos que acaban de terminar sus exámenes de la EBAU/EVAU son días muy importantes. No sólo por la nota que se obtenga sino también porque es el momento de elegir los estudios que condicionarán aquello a lo que vamos a dedicar nuestra vida. Los expertos aconsejan tomar esa decisión «con papel y lápiz». Con profesionalidad. No hay respuestas correctas o incorrectas, pero sí es vital poner en la balanza todo lo que implica estudiar una cosa u otra. Ofrecemos cinco claves para acertar:

1. ¿Cuál es mi profesión ideal?

«Conócete a ti mismo», dice el aforismo griego. Y para elegir profesión, debemos primero saber cómo somos y para qué cosas estamos capacitados. No suele ser buena opción elegir carrera únicamente por las salidas profesionales o el dinero que se esté pagando hoy por ese trabajo «x». La carrera profesional dura unos cuarenta años: desde que se termina, hasta la jubilación. Es mucho tiempo para dedicarlo a algo con lo que no se disfruta. Así que es recomendable poner en la balanza gustos, aptitudes, aficiones, ambientes en los que uno está a gusto, proyectarse a dentro de diez, quince, veinte años... Algunos se atreven a llamarlo simplemente soñar.

2. ¿Qué futuro tiene esa profesión ideal?

Una vez hemos encontrado nuestro soñado trabajo, hay que pisar tierra firme. Porque puede ocurrir que esa profesión «ideal» que nos hemos imaginado sea un imposible. Lo aconsejable aquí es hacer un pequeño estudio de qué futuro tiene esa profesión que encaja con nuestros gustos. Y si no hay ninguna que encaje, entonces buscar la más parecida, o la que nos permita dar el salto más adelante. Aún no existen carreras universitarias diseñadas a medida.

3. Las notas de corte no son el fin del mundo

El fantasma de las notas de corte abruma a muchos estudiantes, y no es para menos: quedarse fuera por unas décimas no es plato de gusto. Sin embargo, hay que recordar que las notas de corte son el procedimiento habitual de las universidades públicas. Las universidades privadas suelen tener otros criterios de admisión. Lo mejor es informarse de qué pide cada centro y no sacar de nuestra cabeza que elegir mal la carrera, pueden suponer pasarnos cuarenta años haciendo algo que no nos motiva.

4. ¿En qué universidad estudiar?

Hubo un tiempo en que estudiar en la universidad era algo reservado a unas pocas élites. Afortunadamente, esto ha cambiado muchísimo. Hoy, los criterios son muy distintos, y las universidades que no consiguen que sus alumnos encuentren un trabajo al terminar los estudios, son malas universidades. Las universidades que no facilitan las prácticas en empresas, son malas universidades. Las que no ofrecen un ambiente de estudio internacional, son malas universidades. Puede que tengan un montón de tesis doctorales publicadas, pero si el centro de su acción no es el estudiante, es mejor olvidarse de ellas si quieres acceder con éxito al mercado laboral. Aparte, consulta las instalaciones que ofrecen para estudio, residencia, planes de becas, posibilidades de intercambios internacionales, cómo es el profesorado, etc.

5. Informarse y contactar con un asesor personal

Este es el punto que resume todo. Informarse bien. No preguntar sólo a familiares y amigos. Y para eso, se recomienda moverse, navegar por las webs de las universidades o incluso visitarlas físicamente. Y asesorarse: hay centros cuyo servicio de asesoría a nuevos estudiantes se reduce a una estantería llena de folletos. Es lógico que para una decisión tan importante, eso no baste. Y como a nadie se le ocurriría operar de apendicitis sin tener unos conocimientos básicos de medicina, para las cosas importantes y difíciles, lo habitual es recurrir a profesionales. Por ello, existen universidades como la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid que ofrecen los servicios de un asesor personalizado que resolverá todas nuestras dudas mediante email, teléfono, WhatsApp o visitas personales. Nos puede facilitar muchísimo el trabajo, pues además de atender a todo lo que le preguntemos, puede enseñarnos la universidad y presentarnos profesores o estudiantes de ese grado que nos interesa.