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Sucesos

Claves de la desaparición de María Trinidad y su bebé en 1987

La Policía Nacional ha garantizado este jueves que mantendrá abierta la investigación en torno al paradero de María Trinidad Suardíaz y su bebé

El rastreo confirma que los restos de una madre y su hija desaparecidas en 1987 no están en una balsa de Ribadesella EUROPAPRESS

La Policía Nacional ha garantizado este jueves que mantendrá abierta la investigación en torno al paradero de María Trinidad Suardíaz y su bebé, desaparecidas hace 38 años en la provincia de León, después de que haya finalizado sin éxito la búsqueda en la balsa de agua de una antigua mina asturiana.

La magistrada del Juzgado de lo Penal número 4 de Gijón reabrió el caso el pasado mes de abril después de que la Policía Nacional encontrara una nueva línea de investigación centrada en la balsa de la antigua mina de fluorita de Berbes, en la franja costera del concejo asturiano de Ribadesella.

La jueza dictó el pasado 28 de octubre un nuevo auto en el que ordenaba que la Policía Nacional recabara la colaboración de las entidades y organismos que fueran necesarios para contar con medios adicionales, como los que ha movilizado estos días la UME, para drenar la balsa, donde finalmente no se han hallado los cuerpos.

En aquel auto, la magistrada recogía los últimos pasos de María Trinidad y su hija de trece meses, y las pesquisas realizadas para dar con su paradero:

Último domicilio conocido

El último domicilio de María Trinidad y su hija del que se tiene constancia fue en Gijón, con las Hermanas Adoratrices, lugar que habrían abandonado entre el 26 de junio y el 15 de julio de 1987, sin que haya quedado registro en los archivos de la institución.

Citación a juicio por detención ilegal y amenazas

María Trinidad acudió el 15 de julio de 1987 junto a su esposo Antonio a la Audiencia de León, donde ambos firmaron la diligencia por la que se les citaba para el 15 de septiembre a un juicio en el que el hombre debería responder como acusado de los delitos de detención ilegal y amenazas sobre su mujer.

Ninguno de los dos acudió al juicio, motivo por el que la Audiencia de León ordenó la detención e ingreso en prisión de Antonio, que no fue encontrado hasta 1989.

Sin rastro de María Trinidad y su bebé

Desde entonces, no se tiene noticia alguna de madre e hija ni en España ni en otros países como Suiza, Francia o Portugal.

La jueza apuntaba además que tanto María Trinidad como su hija tenían, al parecer, cierto grado de discapacidad intelectual y que la niña además era sorda, por lo que sería "difícil pensar que pudieran haber sobrevivido con sus limitaciones sin la asistencia de los servicios sociales".

Búsqueda en Matadeón de los Oteros (León)

El domicilio de Antonio en el que la desaparecida habría residido antes de su marcha a Gijón, y al que pudo regresar después de abandonar las Hermanas Adoratrices, se encontraba en el número 14 de la calle Constitución de Matadeón de los Oteros, en León.

Según los vecinos, Antonio realizaba frecuentes obras en el sótano bajo la casa, donde al parecer había una bodega. Tras el abandono de la vivienda por parte de su dueño, el Ayuntamiento decidió derribarla en el año 1999, y en la actualidad queda un solar sin urbanizar.

En el marco de la investigación, en noviembre de 2017 se acordó la excavación en el solar donde estaba ubicada la vivienda de Antonio, donde encontraron "vestigios" del paso por el lugar de María Trinidad y su hija pero "no del destino de las mismas".

Segunda vivienda en Asturias y la pista de los coches

Posteriormente se averiguó que la familia también había residido en la localidad de Berbes, en el concejo de Ribadesella, a donde se desplazaron agentes de la Policía Judicial.

En una conversación con un vecino, tuvieron conocimiento de que Antonio se habría deshecho de algún vehículo de su propiedad arrojándolo a la balsa de agua de la mina de fluorita ubicada en la localidad.

La documentación intervenida en los registros de la vivienda en Berbes permitió conocer que Antonio poseía al menos dos coches, un Volkswagen y un Peugeot 304 blanco.

Una vez recabada esta información, se constató que en el fondo de la balsa había algún vehículo y que en las piezas metálicas extraídas de uno de ellos se apreciaba la existencia de pequeños restos de pintura blanca, indicios que llevaron a continuar la búsqueda en la balsa de esta antigua mina.

El resultado ha sido el hallazgo de un vehículo, pero ha sido desechado por no coincidir con los modelos relacionados con la investigación, que ha descartado la presencia de restos humanos en la balsa