La pequeña pantalla da oxígeno a los directores de cine

Al principio se consideró una moda. Ahora parece que es una necesidad para los directores de cine. Se sienten encorsetados con las exigencias de los grandes estudios, cada vez más reacios a proyectos que sitúen a los espectadores al borde de precipicios emocionales y más cicateros en los presupuestos a no ser que sean superproducciones. Además, como afirma el productor y director de «Wayward Pines», M. Night Shyamalan –la sensación de la meca del cine en su momento con «El sexto sentido»–, «la televisión nos da la posibilidad de contar una historia que nos apasiona en un formato largo». Con esas tres variables ya está hecha la ecuación.

Los pioneros de esta migración del séptimo arte al ¿octavo?, dado el momento dulce de la ficción televisiva, se los conocen los espectadores de memoria: Steven Spielberg (desde «Cuentos asombrosos», en 1985), Frank Darabont («The Walking Dead»), Martin Scorsese («Boardwalk Empire»), David Fincher («House of Cards»)... Pero la nómina sigue creciendo al ver la posibilidad de llegar a una audiencia mayor y con proyectos más arriesgados desde el punto de vista artístico. Por lo pronto, M. Night Shyamalan ha dado en la diana. El estreno de «Wayward Pines» ha sido bendecido por la crítica. Brian Lowry en «Variety» ha sentenciado: «Todo sobre esta serie resulta tenso y espeluznante».

Los televidentes estadounidenses ya están vibrando ante el inminente estreno, el 5 de junio en Netflix, de «Sense8». El título ya invita a echarle un vistazo, pero el nombre de sus responsables, Larry y Andy Wachowski («Matrix»), es su credencial para devorarla plano a plano. Esta serie de ciencia ficción, que tiene en su reparto a Miguel Ángel Silvestre, se mete en el cerebro de ocho personajes que están conectados por telepatía y a los que les une una muerte trágica. Bien pero es mucho más estimulante lo que dice el tercero en discordia, Joe Straczynski («Babylon 5): «La serie es un examen sobre la política, la sexualidad y la identidad de género». Sin palabras. Sólo que llegue pronto a España.

Y suma y sigue. Darren Aronofsky («Cisne negro») está preparando para la HBO –la combinación provoca escalofríos– «MaddAddam», basada en la trilogía de ciencia ficción escrita por Margaret Atwood. ¿El problema? El anuncio se hizo en junio de 2014 y apenas se sabe nada del desarrollo del proyecto.

En España, el multipremiado Alberto Rodríguez por «La isla mínima» también ha caído en una tentación cada vez más jugosa: Movistar Series le ha encargado un «thriller» ambientado en la Sevilla del siglo XVI. Rodríguez ya ha afirmado que «haré televisión con el espíritu del cine».