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«Piratas» chinos atacan el «NYT» tras un artículo sobre la riqueza de Wen Jiabao

El periódico "The New York Times"(NYT) denunció hoy los "persistentes"ataques de "piratas"chinos a su sistema informático en los pasados cuatro meses, desde que el rotativo publicó un reportaje que relataba la inmensa fortuna amasada por la familia del primer ministro Wen Jiabao.

Según el diario, que se granjeó la ira de las autoridades comunistas al cifrar en 2.700 millones de dólares el patrimonio "oculto"de la familia de Wen, los "piratas"no han podido acceder a material sensible.

Entre ese material se incluyen las fuentes que el autor del reportaje, David Barboza, utilizó para realizar el reportaje, aunque tanto la cuenta de correo electrónico del periodista, delegado del NYT en Shanghái, como de Jim Yardley, delegado para el Sur de Asia en India, sí han sido pirateadas.

"Durante los pasados cuatro meses, piratas chinos han atacado con persistencia el periódico, infiltrándose en el sistema operativo y utilizando las contraseñas de sus reporteros y otros empleados (en total 53)", ha subrayado el propio diario en un artículo.

Según expertos en seguridad informática contratados por el NYT para detectar los ataques, los "piratas"utilizaron métodos similares al espionaje militar para quebrantar la red del periódico.

Los "intrusos"sólo emplearon las contraseñas para buscar información acerca del reportaje de Wen, publicado el 26 de octubre, pocos días antes de que se celebrara el XVIII Congreso del Partido Comunista de China, del que salieron nombrados los líderes chinos del próximo decenio.

Desde entonces, la web de "The New York Times"está bloqueada en el país asiático y el rotativo fue uno de los pocos medios internacionales que no recibió invitación a la presentación oficial de Xi Jinping como nuevo líder de la formación política gobernante, tras el mencionado cónclave.

Así mismo, las autoridades decidieron no renovar el visado del periodista de NYT Chris Buckley en diciembre, lo que obligó al reportero a abandonar el país, algo que fue considerado una "represalia"por parte de organizaciones como Reporteros Sin Fronteras.

Sin embargo, el régimen comunista negó que se tratara de una "expulsión"y aseguró que el retraso en el visado se debe a problemas de procedimiento.