¿Síntomas de cansancio?

¿A qué se puede deber la bajada de audiencia de «Gran Hermano»?

–En las actuales circunstancias económicas y sociales, los espectadores se están inclinando más –aunque no se traduzca en términos de «share» porque hay muchos programas de ese tipo– por los formatos de actualidad pura y dura y los políticos.

¿O sea que prima más lo social a lo particular?

–Sí, y además es consecuencia de una sociedad más desarrollada y que demanda más información. A los ciudadanos les interesan menos las noticias sobre individualidades y optan por la cosa pública, lo que nos une, o no, como comunidad.

¿Sigue siendo un experimento sociológico?

–Nunca lo valoré así. Fue, y en menor medida lo sigue siendo, un fenómeno televisivo con un gran impacto que no se puede negar. No creo que sus concursantes reflejen la sociedad. Es más, cada día están más forzados. Tampoco creo que haya muchos jóvenes que los quieran emular.

¿Qué papel juegan socialmente los concursantes?

–Interesan menos sus vidas y milagros porque la gente tiene otras cosas en la cabeza. Además, la mayoría son personajes con poco recorrido.