La Rioja
«Supermario» triunfa en los fogones
El ganador de «MasterChef Junior» habló con LA RAZÓN sobre su pasión por la cocina
Magret de pato con cuscús y salsa de frutos rojos y cocochas de bacalao al pil pil con berberechos. Dos platos que perfectamente podrían engrosar la carta de cualquier restaurante de la guía Michelin o de la Repsol pero que, sin embargo, corresponden a dos menudos chefs de once y doce años que se encumbraron el día de Reyes ante millones de espectadores. Pequeños de edad, pero muy grandes delante de los fogones; así son Ana Luna y Mario Palacios. La primera, una malagueña de once años que derrochó sangre, sudor y lágrimas –literal, se cortó en dos ocasiones– para cocinar una «carne de diez», aunque un peldaño por encima estuvo el guiso con aire norteño de «Supermario», que le sirvió para alzarse como el primer MasterChef Junior de España tras dejar «sorprendido» al jurado por su «técnica, serenidad y disciplina» durante todo el programa y en la final en particular, en palabras de sus tres miembros –Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nájera y Jordi Cruz–. El duelo entre ambos fue un auténtico «boom» de audiencia tanto en la televisión, con un pico de más de 5,3 millones de espectadores, como en las redes sociales, confirmando la cocina como la tendencia de moda y que, de momento, le da chance suficiente para continuar pensando en próximas ediciones. Y es que esta versión infantil de «MasterChef» (La 1) ha gustado al público, a los críticos y, hasta a los más difíciles de contentar, a los padres de los protagonistas: «Estamos encantados por cómo han tratado a nuestros hijos y por cómo han llevado el programa», explicaba a LA RAZÓN Sonia Berrueco, madre del ganador, mientras regresaba a La Rioja después de un «día agotador».
Su primer bizcocho
Mario se convierte, de esta forma, en el primero de los 3.000 niños que emprendieron esta aventura al final del verano con los primeros «castings». Ahora, tras imponerse a los otros quince aspirantes que iniciaron el concurso, este pequeño logroñés se ha convertido en un icono televisivo y de las redes sociales como «el hijo que toda madre desea». Y es que este chef no sólo cocina de miedo –que a su edad no es poco–, sino que también toca el saxofón y es un apasionado del deporte, aparte de «ser muy maduro y de tener los pies del suelo», matiza su madre. Precisamente ella, Sonia, es la culpable de la «bendita» afición de Mario por la cocina, y no precisamente por gusto, sino porque se rompió la pierna y encontró en este «minichef» a un pinche de lujo, y no olvida cuál fue su primer plato: «Un bizcocho con mi madre, aunque sólo añadía los ingredientes». Y así, paso a paso, unas veces guiado por Sonia, otras por su abuela, que tan bien le enseñaron esas cocochas que plasmó en la final del «talent», y otras con la ayuda de la red –«busco una receta en internet y la hago», explica Mario–, le entró el gusanillo de los fogones en el cuerpo.
Ya con los nervios del plató olvidados, Mario espera la vuelta a clase «con ganas», las mismas que tiene de ver a sus compañeros tras las vacaciones navideñas y con las que afrontó la última prueba de «MasterChef Junio», un reto en el que tuvo 25 minutos para preparar su mejor plato. Muy poco tiempo, por lo que «de primeras te asustas, pero hay que tirar para delante», explicaba ayer el logroñés sobre sus sensaciones al principio de la final. Esa fuerza le valió para terminar haciendo un «plato redondo», como lo calificó Samantha tras probarlo, y que se llevó las mejores críticas de sus otros dos compañeros de jurado: «Es digno de un restaurante de alta cocina» por su «explosión de sabor». Un buen resultado pese a no contar con los ingredientes pensados en un inicio, ya que se confundió en el mercado y cogió berberechos en vez de almejas.
Un éxito social
Repasando su participación en el programa, «Supermario» no duda en destacar dos cosas: «Los compañeros y el viaje a Disneyland París», donde estuvieron tres días grabando y en el que conoció más a fondo a Jordi Cruz, su juez «favorito» y con el que tiene en común un inicio similar entre fogones. Con el concurso finalizado y la vuelta a la rutina completada, el «minichef» riojano no se plantea un futuro profesional entre fogones, sino que espera disfrutar del momento y cocinar para los suyos cuando «no tenga mucho que estudiar». En lo que sí piensa es en conocer los mejores restaurantes, empezando por los de su región, como comenta su madre al confesar que ya le había pedido sacar «un ratito» para ello, aunque sin «dejar de ir a parques de atracciones», dejaba claro Mario, que para eso sigue siendo un niño.
La cocina sigue de moda. Así lo acredita el minuto de oro del pasado lunes (a las 00:10), que congregó a más de 5,3 millones de espectadores y un 31,6 por ciento de cuota de pantalla para ver cómo Ana Luna y Mario se disputaban el «talent» después de haber dejado a las puertas a otros dos compañeros, Juan y Esther. Al momento más visto hay que sumar los excelentes datos de media que ha logrado «MasterChef Junior» en sus cuatro emisiones navideñas: 3,5 millones de seguidores, con un 18 por ciento de «share».
Las redes sociales también se hicieron eco del programa de la pública y lo situaron como lo más mencionado del día con más de 123.000 comentarios, con un total de cuatro trending topics nacionales y uno global: #MCJFinal.
Su ídolo: Karlos Arguiñano
Mario Palacios se confiesa un fiel seguidor de cocineros como su paisano Francis Paniego, pero entre todos destaca su pasión por el chef estrella de las mañanas de Antena 3 y de su programa, «Karlos Arguiñano en tu cocina». LA RAZÓN ha podido hablar con el vasco para que diera su opinión sobre el programa y, en particular, sobre el joven ganador: «He visto mucho nivel para gente tan joven. Mario me ha gustado, se desenvolvía muy bien. Si sigue en esta línea, no tendrá problemas como profesional». Además, quiso aconsejarle «que aprenda bien los productos y platos de su región» para ir escalando dentro de los fogones.
La receta ganadora
Cocochas de bacalao al pil pil con berberechos
Ingredientes: cocochas de bacalao frescas, berberechos, ajo, guindilla, cebolla, aceite de oliva y sal.
Realización: se limpian las cocochas y se calienta el aceite en un cazo para añadirle ajo y guindilla. En otra olla se pone un poco de agua con los berberechos para que se abran y se apartan. Cuando esté listo el aceite se baja el fuego y se retira el ajo y la guindilla. Se añaden las cocochas y se remueven poco a poco para ligar el pil pil. Por último, se sofríe la cebolla y se presenta ésta en el fondo del plato con las cocochas y los berberechos por encima.
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