Un guionista de televisión llamado Tólstói

Llega hoy a España de la mano de Movistar+, a las 21:30 horas, la adaptación de la cadena británica BBC de la novela romántica «Guerra y Paz» protagonizada por Paul Dano

Si los autores clásicos de la literatura hubieran sabido que sus obras más importantes iban a ser adaptadas a un medio que se llamaría televisión, habrían dejado en sus testamentos que tal encargo sólo era merecedor de la cadena británica BBC. Porque si algo se le da bien a la corporación de medios de las islas británicas, es llevar a la pequeña pantalla las historias que forman parte de la cultura universal. Charles Dickens, Jane Austen o Arthur Conan Doyle han sido algunos de los autores de los que se ha servido la cadena para crear miniseries de calidad que acostumbran a despertar el interés del público. El último novelista en unirse a este afamado grupo de guionistas «post mortem» ha sido el escritor León Tolstói, gracias a una de sus obras más conocidas, «Guerra y Paz». Una producción que desde esta misma noche a las 21:30 horas podremos disfrutar en España, a través del canal de Movistar +, #0.

La historia que Tolstói comenzó a escribir mientras se recuperaba tras una caída en un accidente de caza narra las vivencias de un grupo de personajes pertenecientes a la sociedad rusa, entre las guerras napoleónicas a mediados del S.XIX. Escrita entre 1865 y 1869, la novela entrelaza las historias de cuatro familias: los Bezújov, los Bolkonsky, los Rostov y los Kuraguin. Y se centra principalmente en tres personajes, el conde Pierre Bezújov, el príncipe Andrei Bolkonsky y la bella condesa Natasha Rostova. A través de los tres jóvenes, el autor se adentra en los acontecimientos que marcaron la primera mitad del S.XIX en Rusia. Una época en la que jugaron un papel muy importante las ansias conquistadoras del emperador galo Napoleón I y la variable posición de la realeza y los políticos locales.

- Buen trío protagonista

Con el experto en adaptaciones televisivas Andrew Davies a cargo del guión, «Guerra y Paz» trata de abordar la extensión de la creación de Tolstói condensándola en seis horas. Un ejercicio que, si bien descarta algunos de los acontecimientos que aparecen en el libro, es capaz de mantener intacto el esqueleto central. Al igual que en el original, la narración combina con audacia las historias de las cuatro familias, equilibrando la acción y el drama y despertando el interés del espectador. Una tarea que no sería posible sin el magnífico trabajo de los tres actores principales.

El neoyorquino Paul Dano interpreta al tímido y benévolo Pierre Bezújov, un joven, hijo ilegítimo de un conde, que sin esperarlo se ve envuelto en la lucha por la herencia de su padre. La actriz inglesa Lily Rose, a la que recientemente hemos podido ver en «Downton Abbey», se pone en la piel de la bella Natasha Rostova, una de las cuatro hijas del conde Rostov, que siempre se ha caracterizado por ser desordenado con las finanzas familiares. Su compatriota James Norton, que también participa en «Happy Valley», es el apuesto príncipe Andrei Bolkonsky, un hombre que encuentra en el terreno de combate el sosiego que no le proporciona su acomodada vida familiar.

Bajo la dirección de Tom Harper, en el elenco de «Guerra y Paz» también nos encontramos con el veterano intérprete norirlandés Stephen Rea, la norteamericana Gillian Anderson y el francés Mathieu Kassovitz. Un reparto internacional para una producción que logró en Reino Unido alcanzar una media de casi ocho millones de espectadores y ha devuelto a «Guerra y Paz» a las listas de libros más vendidos en el país inglés, en pleno 2016. No se podía esperar menos de un presupuesto aproximado de 10 millones de libras y la producción de la compañía de los hermanos Weinstein.

- Mejor drama de época

La sexta adaptación televisiva de la novela del escritor ruso es la segunda versión que realiza la pequeña pantalla británica, aunque fácilmente podría considerarse la primera vez en la era moderna que el medio convierte el texto en una ficción audiovisual. La espera ha merecido la pena, ya que la adaptación de Andrew Davies es para algunos el mejor drama de época de la década, tal y como recogía el diario británico «The Telegraph». Lejos de pecar de excesivo entusiasmo, el comentario hace justicia a la serie, que ha recurrido a un despliegue técnico y humano con escasos precedentes y ha dado lugar a una ficción de factura impecable.

Para ello, la BBC ha desplegado sus mejores armas y se ha preocupado por recrear con mimo y detalle los escenarios descritos por Tólstói, desde la estepa rusa hasta los pomposos salones de los palacios más espectaculares de la nobleza local. La excelente fotografía con la que cuenta la producción hace que el espectador disfrute de un espectáculo visual poco frecuente y muy británico, en el que se suceden las secuencias que parecen verdaderas obras de arte. La afirmación es a veces literal, ya que, por ejemplo, el plano que recoge el encuentro entre generales tras la sangrienta batalla de Borodino se inspira en la pintura de 1880 del pintor ruso Alexei Kivshenko.

- Romántica y filosófica

La estudiada vistosidad de la producción es, junto al texto que adapta la brillante obra de Tolstói, la principal baza de la producción. Aunque algunos han acusado a la serie de incidir en los aspectos románticos de la creación del escritor, dejando de lado otros también importantes como la guerra o la religión, «Guerra y Paz» aprovecha su extensión concentrándose en los aspectos más atractivos de la narración audiovisual. Y lo hace en el fondo y en la forma, concediendo especial relevancia a las inquietudes de Pierre, los anhelos amorosos de Natasha o la vertiente bélica del príncipe Andréi.

«Guerra y Paz» no es una producción que marque a los espectadores como puede hacerlo alguna de las series más renombradas de la pequeña pantalla, como «The Wire» o «Breaking Bad». Es una ficción que adapta una de las grandes obras literarias universales, una novela histórica, romántica y filosófica que concentra sus esfuerzos en ser un ejemplo de preciosismo audiovisual. Un propósito que consigue sobradamente, haciendo que el espectador disfrute de una serie tan intensa como hermosa.