Análisis
¿Continuidad formal o real de León XIV?
El Papa ha publicado su primer texto magisterial
A la luz de la exhortación apostólica «Dilexi te», ¿se puede vislumbrar que hay una continuidad real entre León XIV y Francisco o es solo un continuismo formal?
Tras la lectura del primer texto magisterial del Papa Robert Prevost se puede deducir que hay una identificación significativa entre ambos pontífices. Prueba de ello es que, más allá de rematar un documento que comenzó su predecesor, León XIV busca de alguna manera fundamentar muchas de las intuiciones y denuncias expresadas por Francisco a lo largo de sus doce años en la Sede de Pedro como la «cultura del descarte» y la «dictadura de una economía que mata». En este sentido, no solo recoge de manera explícita las críticas al neocapitalismo y la urgencia de un cambio estructural, sino que se suma a estas denuncias, desarrollándolas de una forma concreta. Así, expresa que las actuales reglas del mercado resultaron «eficaces para el crecimiento pero no así para el desarrollo humano integral» de las personas.
¿Aborda el Papa agustino solo la lucha contra la pobreza material?
Aunque el epicentro del texto busca dignificar al pobre para darle carta de ciudadanía, para que no sea concebido como un mero beneficiario, sino como un sujeto que merece toda dignidad, no se reduce únicamente a criterios económicos para abordar esta realidad. «Existen muchas formas de pobreza: aquella de los que no tienen medios de sustento material, la pobreza del que está marginado socialmente y no tiene instrumentos para dar voz a su dignidad y a sus capacidades, la pobreza moral y espiritual, la pobreza cultural, la del que se encuentra en una condición de debilidad o fragilidad personal o social, o la pobreza del que no tiene derechos, ni espacio, ni libertad», recoge literalmente en la exhortación.
¿Por qué dedica gran parte del documento a los aspectos bíblicos e históricos que vinculan Iglesia y pobreza?
Como el propio Papa explica en el texto, todavía hay católicos que consideran que la lucha contra la pobreza, no solo es un anexo a la vida cristiana, sino que además, llevados por algunas corrientes ideológicas, como la llamada «teología de la prosperidad», llegan a defender que Dios respalda con riqueza a aquel que es más fiel a sus preceptos, lo que justificaría que el pobre lo es por su comportamiento o por elección. Esta es una de las razones por las que León XIV, no solo se detiene en la figura de Jesús de Nazaret para recordar que puso en el centro a los últimos, sino para argumentar que las grandes reformas de la Iglesia siempre han tenido como fundamento su apuesta por los más vulnerables. «Cuando la Iglesia se inclina hasta el suelo para cuidar de los pobres, asume su postura más elevada», se puede leer.
¿Avala de alguna manera León XIV a la teología de la liberación en este documento?
El Papa norteamericano cita en la exhortación al cardenal Joseph Ratzinger, cuando era prefecto para la Doctrina de la Fe a través de su «Instrucción sobre algunos aspectos de la Teología de la liberación» de 1984. Así, pone en valor cómo «la conversión espiritual, la intensidad del amor a Dios y al prójimo, el celo por la justicia y la paz, el sentido evangélico de los pobres y de la pobreza, son requeridos a todos, y especialmente a los pastores y a los responsables».