
Trabajo
Declaración de un profesor a sus estudiantes: Viajo 300km al día, traten de hacerme feliz cuando llego y feliz cuando me voy
La dura y real situación de un profesor que lo da todo por enseñar, aunque el sistema no siempre esté de su lado

De los creadores de "Yo también tengo sueño" llega "Viajo 300 kilómetros al día, háganme feliz cuando llego y feliz cuando me voy".
Recuerdo cuando en el instituto alguno de nosotros se quejaba de tener sueño a primera hora. Siempre había un profesores que respondía con media sonrisa o en tono defensivo ¿Sueño? Yo me he levantado a las cinco para venir desde no sé donde". Y uno, medio dormido, pensaba que aquello era una exageración. Hasta que lees historia como las de este profesor italiano de literatura, de 44 años, que cada día recorre 300 kilómetros para poder dar clase.
El docente vive en la ciudad italiana de Castelluccio Valmaggiore y trabaja en otra a una hora y media, en Bisceglie: "Me levanto antes de las cinco de la mañana para estar allí a las ocho" cuenta en el periódico La República. Él mismo se define como un profesor "nómada".
Medio sueldo en gasolina y la familia a kilómetros de distancia
Solo en gasolina gasta unos 400 euros al mes. Si sumamos revisiones, neumáticos y demás, son unos 600 euros, casi la mitad de su salario, declaraba.
Aún así, no puede permitir alquilar una habitación cerca del trabajo: tiene dos hijos pequeños, uno en terapia en otro municipio de Italia llamado Foggia, y su mujer no conduce: "Tengo que llevarlo varias veces a la semana", explicó.
Entre la vocación y la precariedad
El primer día de clases les dijo algo a sus alumnos que se había convertido en su lema según confiesa el profesor: "Viajo 300kilómetros al día para llegar aquí. Traten de hacerme feliz cuando llego y feliz cuando me voy".
Los alumnos asegura, que lo entendieron enseguida . "Son muy buenos chicos".
El contrato del profesor es temporal, y aunque dice que no se queja del sueldo, admite que a veces ni siquiera lo cobra a tiempo. "Entré por una lista de sustituciones y los pagos se retrasan. El siguiente, que debía llegaren septiembre, aún no me lo han ingresado. Hoy sustituye a un compañero enfermo y concluye con una frase : En esto se ha convertido la escuela, en tener que vivir de las desgracias de los demás".

Enseñar sin estabilidad
Los sindicatos educativos italianos llevan meses denunciando el mismo problema: salarios estancados, pagos con retrasos y contratos que se renuevan años tras años sin garantías de continuidad. Las huelgas y protestas se repiten y casos como el de este profesor se repiten y ponen rostro humano a una realidad que se extiende por todo el continente.
Según la UNESCO y la Fundación SM, Europa y América del Norte atraviesan una escasez de profesorado, causada principalmente por inestabilidad, bajos salarios y la falta de reconocimiento profesional. Solo en Europa podrían faltar más de tres millones de docentes de secundaria de aquí a 2030.
Mientras tanto, miles de docentes siguen haciendo kilómetros para sostener una escuela que, sin ellos, no podría seguir adelante.
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