Sucesos

Desarticulada una red que robó al menos en 90 viviendas en España

La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a 24 integrantes de una red especializada a la que se le imputan robos con fuerza al menos en 90 viviendas del país, la mitad de ellos en Cantabria, una cifra que podría aumentar hasta 150 o 200 porque continúan las investigaciones.

En la operación se han incautado gran cantidad de joyas, 200 relojes de alta gama, dinero en efectivo y nueve lingotes de oro artesanales (de 4,5 kilos en total) procedentes de la fundición de parte de la mercancía robada, todo ello valorado en más de un millón de euros.

Pero los investigadores creen que el botín pudo ser mayor, porque parte de las joyas se colocaron en tiendas dedicadas a la compraventa de oro, y algunos artículos de alta gama se dieron salida hacia Bélgica, Rumanía y otros países europeos.

El delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz; el coronel jefe de la 13ª Zona de la Guardia Civil, Justo Chamorro, y el jefe superior de Policía en la comunidad, Javier Peña, han dado a conocer hoy en rueda de prensa esta operación, en la que han participado más de 250 agentes de Cantabria, Tarragona y Valencia, y de unidades centrales de ambos cuerpos.

Los integrantes de la red elegían casi siempre viviendas vacías para sus robos. Solo en tres casos había personas dentro o fueron sorprendidos por los dueños y, en esas ocasiones, no dudaban en utilizar la violencia para huir, incluso esgrimiendo un arma blanca en uno de los robos.

El supuesto cabecilla, que ya está en prisión, era una ciudadano macedonio que había vivido en Cantabria y asentado ahora en la localidad valenciana de La Pobla de Vallbona, donde regentaba un restaurante y un lavacoches.

Tenía dos vehículos de alta gama y se estaba construyendo un chalé, pero oficialmente no le constaba medio de vida -los negocios no estaban a su nombre- y, de hecho, cobraba la ayuda familiar y ayudas escolares para sus hijos.

Bajo su mando operaban varios grupos, cada uno de entre tres y cuatro personas, que trabajaban con "dedicación exclusiva y pensión completa".

Así, se desplazaban durante cuatro o cinco días a una localidad, robaban de tres a cinco viviendas diarias (generalmente las seleccionaban por las mañanas y entraban por las tardes) y regresaban después a La Pobla de Vallbona para descansar hasta la siguiente semana.

La operación, denominada "Mariano-Izara", se ha saldado de momento con la detención de 24 personas, la mayor parte sin antecedentes en España, naturales de Rumanía, Bélgica, Macedonia, Croacia, Bosnia, Italia, Francia y España.

Se les imputan delitos de robo con fuerza y violencia, receptación, blanqueo de capitales y falsificación de documentos.

Así, se les acusa de 50 robos en Cantabria y otros 40 en Madrid, Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Córdoba y Orense.

Esta intervención es resultado de meses de trabajo de la Guardia Civil y la Policía Nacional en Cantabria que, en una de sus reuniones de coordinación, comprobaron que unos sospechosos a los que seguía la pista la Policía estaban vinculados con un robo que investigaba la Benemérita.

A partir de ahí se montó una operación conjunta que llegó a su momento álgido a mediados de enero, al sospechar de un posible envío de material robado desde Cambrills (Tarragona), lo que permitió interceptar un vehículo con un cargamento de joyas, lingotes y relojes.

Después se sucedieron detenciones y registros en los que se incautó material robado, 160.000 euros enterrados en un jardín, equipos informáticos y ocho coches de alta gama utilizados para los desplazamientos.