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Detenida tras degollar a su bebé de tres meses: «Tengo el demonio dentro»
«Algún día de éstos voy a hacer algo a mis hijos». La mujer que presuntamente degolló a su bebé de tres meses en la capilla de un cementerio sufría desde hace algún tiempo serias alteraciones de conducta
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La mujer que presuntamente degolló a su bebé de tres meses en la capilla de un cementerio sufría desde hace algún tiempo serias alteraciones de conducta
«Hace unos 15 días se la tuvieron que llevar porque estaba descompuesta en la calle. Era de noche, iba con velas, quemando papeles y echándose agua por encima como si fuera agua bendita», asegura un vecino de La Villa de Don Fadrique sobre Zaida Pulido, la mujer de 37 años que por ese episodio fue internada en el centro psiquiátrico preventivo de Alcázar de San Juan. Hace una semana abandonó el centro al no serle diagnosticado ningún trastorno. Sin embargo, ayer Zaida trastocó la normalidad de la pequeña localidad toledana al acabar presuntamente con la vida de su hijo de tres meses, un suceso que los vecinos difícilmente podrán olvidar. «Un día de éstos voy a hacer algo con mis hijos», llegó a afirmar, según cuentan algunos vecinos cercanos a ella.
En torno a las ocho de la mañana, Zaida acudió a casa de su madre, Julia, donde se encontraban sus dos hijos, una niña de tres años y un bebé de tres meses, para sacarlos del domicilio. Únicamente consiguió hacerse con el bebé. «Le he dicho que no estaba en condiciones de llevarse a los niños, pero ha cogido, ha subido, me ha empujado y me ha tirado por las escaleras», narró la abuela de los menores a Ep. A continuación, Zaida condujo con su furgoneta hasta el cementerio municipal, situado un kilómetro al norte de la localidad, donde, al parecer, degolló al pequeño con un cuchillo de cocina sobre el altar de la capilla del camposanto. El trabajador del cementerio y principal testigo de los hechos avisó al servicio de emergencias de Castilla-La Mancha al encontrar «muy nerviosa» a la mujer, la cual entró en el complejo «dando voces y trastrazos» con el bebé en brazos. Una vez que Zaida huyó, el mismo trabajador fue el que encontró el cadáver del menor dentro de la capilla.
Seguidamente, de nuevo Zaida cogió su furgoneta, esta vez con la iglesia del pueblo como destino y con la Guardia Civil pisándole los talones. Mientras tanto, su madre y su hermano también partieron en su busca por lo que pudiera pasar, aunque al acudir al cementerio tras ser alertados y no atisbar el vehículo, decidieron marchar hacia la iglesia. Allí entró Zaida, tal como relató el concejal de Urbanismo de La Villa de Don Fadrique, Carlos Mendoza, «diciendo que tenía el demonio dentro». «Se estaba dando golpes por todos los sitios», añadió el edil.
En la parroquia acabó la persecución. «Dentro de la iglesia estaba yo solo», cuenta don Rafael, sacerdote del pueblo, a LA RAZÓN. «Oí la sirena de la Guardia Civil y salí a ver qué pasaba. Justo entonces entró la mujer y enseguida, uno de los agentes». Pese a que opuso resistencia haciéndose valer de «su corpulencia», Zaida finalmente fue capturada y trasladada al hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
«Ha sido muy duro para un pequeño pueblo como éste», afirmó el alcalde de La Villa de Don Fadrique, Jaime Santos, a este periódico. No obstante, en los últimos tiempos el comportamiento de Zaida se estaba alejando cada vez más de la cordura. «Ya desde un principio viene de una familia desestructurada y con complicaciones», advierte un vecino del pueblo. Zaida se casó recientemente con un hombre de origen colombiano que se dedicaba a la venta ambulante y con el que convivía desde hace escasos años. Pero todo pareció cambiar con el nacimiento del pequeño fallecido ayer. «Desde que nació el chico, no era ella», admitió a Ep la abuela de la víctima , la cual negó reconocer a su hija tanto en los últimos meses como después de haber cometido el crimen. Cuestionada ayer por su propia progenitora sobre el motivo de sus actos, Zaida respondió que «tenía que salvar el mundo».
Asimismo, y pese a que el párroco local reconoce que «no era muy de la parroquia», Zaida comenzó a ser asidua a misa recientemente, lo que alimenta aún más la intencionalidad mística de todo lo ocurrido.
Las autoridades abrieron ayer las pertinentes diligencias para esclarecer los hechos y determinar si Zaida es culpable de filicidio, unas investigaciones que se están desarrollando bajo secreto de sumario. Igualmente, el Ayuntamiento de La Villa de Don Fadrique decidió decretar un día de luto para la jornada de hoy y convocar una concentración a mediodía para guardar un minuto de silencio en memoria del bebé fallecido.
Un episodio no superado
El hijo del marido de Zaida, Stevenson, declaró ayer que su madrastra sufría una depresión posparto que no consiguió superar. De la misma forma, en declaraciones a Efe, el chico asegura que la mujer «hablaba cosas incoherentes» y que últimamente tenía comportamientos extraños como «encender velas».
Tras ser avisado por su abuela, Stevenson narra que salió «urgente al cementerio» y que allí fue donde le dieron «lastimosamente la noticia».
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