Sucesos

Detenido en Marruecos el pederasta que intentó secuestrar a una niña en Vélez-Málaga

Robert E. Bill fue arrestado cuando intentaba raptar a una menor de seis años. Las autoridades británicas lo calificaron de «altamente peligroso»

Robert Edward Bill
Robert Edward Billlarazon

La Policía marroquí puso fin en Tetuán a la vida de abusos e intento secuestro de menores de Robert Edward Bill, un pederasta calificado de «muy peligroso» por las autoridades británicas. Éste ex profesor de 59 años fue detenido el pasado martes cuando intentaba violar a una niña de seis años. Durante el interrogatorio, confesó la agresión sexual de dos mujeres de Tetuán y Chefchaouen.

Robert Edward Bill llegó a Marruecos el pasado mes de noviembre después de que la Policía española lanzara una orden de busca y captura contra él por el intento de rapto de una niña de 12 años en Vélez-Málaga. Este depredador sexual, de la localidad galesa de St. Asaph abandonó su país natal con dirección a España en agosto del pasado año después de cumplir dos condenas de prisión por secuestro, abusos sexuales y tenencia de pornografía infantil. Su esposa y su hijo también fueron condenados por obstrucción a la justicia, al ocultar a los investigadores el ordenador personal de Bill, en el que hacía acopio de material pedófilo.

Cuando llegó a la Costa del Sol, logró un empleo en una empresa inmobiliaria y pasó desapercibido hasta que el pasado mes de diciembre intentó secuestrar a una niña, a la salida del colegio. La menor, que ocultó la historia durante días, decidió denunciar la situación después de que sus profesores detectaran que estaba teniendo un comportamiento extraño. En la denuncia, explicó que «iba sola y cuando pasé al lado de un coche que acababa de aparcar, el conductor me empujó violentamente y me introdujo en el interior del vehículo. Estaba muy asustada. Cuando el hombre ya se había metido en el coche, me di cuenta de que la puerta del acompañante se podía abrir y podía salir, de manera que accioné la manecilla y me escapé llorando».

Este gesto intuitivo le salvó la vida y el agresor inició una huida desesperada, en la que impactó con otro vehículo con la puerta que la niña había dejado abierta». La investigación se puso en marcha de inmediato y los agentes identificaron a Bill después de analizar las cámaras de seguridad del juzgado, situado a escasos metros del intento de secuestro.

Este suceso conmocionó a los vecinos de Vélez-Málaga. Todos los niños iban acompañados por las calles. Ninguno iba solo al colegio. Llegaron a montar grupos entre las madres para ir a recogerlos al colegio y difundieron por internet sus fotos y los datos de su vehículo para lograr que lo detuviesen. Los Policía intentó por todos los medios evitar que abandonara el país y controlaron puestos fronterizos y aeropuertos. No pudieron evitar que cruzara el estrecho y continuará violando a niñas con total impunidad.

Dos condenas en Reino Unido

Ex profesor, testigo de Jehová y diseñador de parques infantiles permanece fichado en el registro británico de delincuentes sexuales desde hace una década. Él mismo reconoció a la Policía británica que tiene un problema que no puede controlar. En 2007, paseó con su coche de forma extraña por Holywell, cuando vio a una niña de cinco años que regresaba a casa. Bill se acercó «con intenciones malignas» atrajo a la niña a su vehículo y le preguntó: «¿Quieres ver un gato?». El tío de menor y la madre, que había visto la escena desde la ventana, evitaron el secuestro. Además, los agentes localizaron 730 imágenes pedófilas de gran dureza en el disco duro de su ordenador.

La Justicia le condenó a seis años y medio de cárcel por intento de rapto y seis meses por posesión de fotografías pornográficas -la mayoría de las cuales- de las más asquerosas posibles, dijo el juez. Nada más salir, en libertad vigilada, y con una orden de protección de delitos sexuales, que incumplió rápidamente. Bill que tenía su propia empresa de diseño de parques infantiles y que tuvo que dejar debido a las advertencias de la Policía sobre su actitud sospechosa con los niños, telefoneó a comisaría y dijo: «Lo siento. Lo siento. He hecho una tontería». Había estado viendo vídeos de niños entre 9 y 11 años. Tras reconocer que tenía un problema fue detenido y vuelto a juzgar. La condena, en esta ocasión fue de dos años y medio por intento de secuestro y seis meses más por violar la orden de prevención de delitos sexuales.