Educación
Circo estudiantil en Educación
No hay pleno del Consejo de Estudiantes de Universitarios del Estado (Ceune) en la que no haya crispación y «espectáculo». Ayer la reunión tampoco «defraudó». Estaba previsto que en el orden del día se analizase el decreto de becas y los estudiantes querían debatirlo por encima de todo y sin preámbulos. Esta vez tampoco había ido a la reunión el ministro de Educación y el ambiente también estaba caldeado por este motivo. Así que cuando el secretario general de Política Universitaria, Federico Morán, comenzó la reunión, como sustituto del ministro, leyendo el acta de la sesión anterior, justo el punto número uno del orden del día, los estudiantes comenzaron ya a irritarse. Interpretaron que Morán iba a exponer de forma seguida todos los puntos del orden del día, incluso en punto relativo a becas, y no podrían hablar hasta el turno de ruegos y preguntas. Así que fue entonces cuando comenzó el rifirrafe. «No vamos a estar cinco horas escuchando su discurso porque esto es un órgano de participación...Si no se establece que presidencia participe en igualdad de condiciones que cualquier otro miembro, si no sometemos a votación que éste sea el procedimiento, abandonamos el pleno, porque esto es una vergüenza sin precedentes», dijo el representante de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, uno de los más beligerantes.
Después del sevillano se fueron animando otros representantes con discursos parecidos. «Ya que nos cortan la libertad de expresión, me tomo la libertad de sumarme a mis compañeros y le pido a todos los miembros del pleno que no nos sumemos a esta pantomima», añadió el de la Universidad de Almería. Luego el de la Universidad de Sevilla: «Consideramos que se nos está negando la palabra viniendo expresamente desde Sevilla a Madrid a expresar nuestra opinión».
Por cierto, que a la reunión estaban convocados 87 representantes de estudiantes universitarios, pero sólo acudieron 56. De ahí que se comentara que los 31 que faltaban se encontraban «de vacaciones». Los que acudieron, además, recibieron 18 euros en concepto de dietas que, multiplicados por los 56 asistentes supuso un desembolso al Ministerio de Educación la conflictiva reunión de ayer de 1.008 euros
La impaciencia por hablar se entremezcló con el enfado por la ausencia del ministro de Educación, José Ignacio Wert. «No entiendo esa necesidad de racionalizar el dinero público en cuanto a becas y luego aquí no se tiene en cuenta el dinero público que se gasta de las universidades para traer a los estudiantes de toda España a intercambiar opiniones con un ministro que nunca está presente», refirió Laura Luna, de la Universidad Complutense.
«Pues yo me quedo aquí hasta que aparezca el ministro», dijo el de la Universidad de Oviedo. «Es una grave falta de respeto que no haya venido el ministro y que se nos niegue el turno de palabra», dijo el de la Universidad Politécnica de Cataluña. La situación comenzó a ser insostenible cuando el representante de la Universidad de Málaga dijo refiriéndose a la mesa presidencial, «lo que los estudiantes necesitamos es que gente como usted esté en Soto del Real, que haya justicia en nuestro país. No me voy de la sala hasta que aparezca el ministro al que me quiero dirigir y el que tiene que escuchar los problemas de la Universidad». Incluso se acusó a los representantes del Ministerio de Educación de practicar «terrorismo educativo».
La cuestión es que el bochornoso «espectáculo» estudiantil tuvo una duración de una hora y cincuenta minutos antes de poder entrar en materia. Y eso que hizo llamamientos a la cordura el vicepresidente del Ceune, Gabriel Martín, ampliamente vapuleado e insultado por el resto de estudiantes. Hasta once alumnos llegaron a hacer una sentada delante de la mesa presidencial de la reunión, algunos con camisetas verdes, en señal de protesta por cómo estaba configurado el orden del día y porque no estaba el ministro.
El secretario general de Universidades no perdió los nervios. Y eso que hubo quien le propuso hacer un receso para decidir cómo se debía debatir. Se brindó a hacerlo punto por punto, pero erre que erre los estudiantes con las críticas sobre su forma de iniciar el debate. Así que Morán se arrancó a decir al insistente representante de la Universidad de Sevilla: «Si somos democráticos y os escuchamos es que es vergonzosa nuestra marcha atrás; si no, somos dictadores que no hacemos caso a los estudiantes. Sois la leche. Has pedido que se debata punto por punto y que haya debate, así que, deseo concedido».
Costó hablar de becas, que era a lo que habían ido principalmente, pero al final se habló, aunque a última hora. El resultado fue el rechazo generalizado de los estudiantes al informe del real decreto que las regula. Nada más salir de la reunión ya se había creado en Twitter el hashtag #WertASseptiembre.
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