Educación
Nicolás Fernández: «El sistema educativo no está en la UVI porque lo salva cada día el profesorado»
Entrevista con Nicolás Fernández Guisado, presidente del sindicato de profesores ANPE
Es un firme defensor de las evaluaciones al alumnado y cree que ya es hora de que el Gobierno tome las riendas para adoptar las medidas encaminadas a prestigiar la profesión docente.
Es una de las voces más reconocidas del mundo de la Educación. Conoce bien los problemas del profesorado y las debilidades del sistema. Por eso Nicolás Fernández figura siempre en la lista de expertos a los que los políticos consultan cuando piensan cómo mejorar la educación.
Ha visto frustrarse varios intentos de pacto de Estado y, ahora, una nueva intentona la ve, si cabe, más difícil. Lo dice porque es de los que cree que para que este gran acuerdo que demanda la sociedad sea viable “tiene que ser político, social y territorial y ahora nos enfrentamos a un desafío secesionista que complica el panorama territorial”.
Es un firme defensor de las evaluaciones al alumnado y cree que ya es hora de que el Gobierno tome las riendas para adoptar las medidas encaminadas a prestigiar la profesión docente. “Es la gran asignatura pendiente de sistema”, dice. Quiere que se escuche alto y claro la voz de los docentes y que, de una vez por todas, se diseñe un nuevo sistema de acceso a la profesión y una carrera profesional. Entre hoy y mañana Fernández aspira a renovar su puesto como presidente del sindicato de profesores ANPE.
¿Cuáles cree que son los retos que tiene que afrontar la nueva ministra de Educación?
Nuestro sistema educativo necesita afrontar una serie de cambios y reformas profundas, pero es muy difícil llevarlas a cabo en una legislatura corta y con la compleja aritmética parlamentaria. Por lo tanto, hay que tratar de dar estabilidad y despejar de incertidumbres que se ciernen ante una LOMCE muy cuestionada y maquillada con los cambios habidos en su desarrollo. Para ANPE los ejes sobre los que habría que trabajar son: la mejora del rendimiento escolar, la modernización del sistema educativo, la elaboración de un Plan Estratégico de Formación Profesional, la información y evaluación como factores para mejorar la calidad de la educación y, por supuesto la situación del profesorado.
¿Qué se puede hacer en Educación en poco menos de dos años de legislatura?
Hay cuestiones que requieren cambios legislativos para llevarlas a cabo, pero hay otras cuestiones que se pueden ir abordando o al menos consensuar una hoja de ruta o de prioridades básicas.
En este sentido, con carácter transversal a cualquier cambio o reforma que se lleve a cabo hay que impulsar la enseñanza pública, sin confrontar con otras redes, como eje vertebrador del sistema educativo y garante de la cohesión social y de la igualdad de oportunidades, y alcanzar un acuerdo de financiación que permita acometer las reformas y cambios necesarios en igualdad de condiciones en todo el Estado.
Para ANPE es fundamental solucionar el problema de la vertebración y cohesión de nuestro sistema educativo. Nos jugamos que haya un solo sistema educativo, o 17 mini-sistemas. Se trata de diseñar un marco competencial básico en el que estén perfectamente definidos las atribuciones del Estado y las de las Comunidades Autónomas, para que no se resienta el principio de igualdad y de cohesión social en todo el territorio nacional. Y esto afecta por igual a alumnos y profesores. Y cuando hablamos de vertebrar no hablamos de recentralizar, ni de devolver las competencias al Estado, sino armonizar y coordinar para que no se sigan produciendo las disfunciones que hemos tenido en estos últimos años. Podría poner muchos ejemplos negativos: la brecha educativa en resultados académicos, las diferencias de gastos por alumnos, la aplicación de las evaluaciones externas o la propia EBAU, por no hablar de la caótica oferta de empleo de los últimos años (no me refiero a este último año, que por fin se ha puesto en marcha una oferta de empleo razonable) sino a aquellos años en que cada Comunidades, hacía de su capa y sayo y decidían unilateralmente si convocaban o no oposiciones.
Otro aspectos que se puede y se debe mejorar porque no requiere cambios legislativos es el de la convivencia en los centros. Hay que Elaborar un Plan Nacional de Mejora de la Convivencia Escolar que permita la mejora de la convivencia en los centros educativos y contemple el desarrollo reglamentario de la autoridad del profesor, un programa de prevención de acoso escolar que incluya la aceleración de los protocolos de protección a las víctimas, un plan específico de formación del profesorado y la reactivación del Observatorio Estatal sobre la Convivencia Escolar, entre otras medidas.
También es necesario revertir los recortes en Educación, básicamente derogando los RD 14 y 20 de 2012, que aumentaron las ratios, el horario lectivo del profesorado y suprimieron programas de refuerzos y recuperación para el alumnado.
¿Se podría decir en estos momentos que la educación está en la UVI?
No. Porque pese a las dificultades y carencias el sistema educativo le salva cada día el profesorado con su trabajo en el aula, con su competencia y profesionalidad.
Pero si conviene despejar la inestabilidad e incertidumbre que la última reforma educativa LOMCE y los cambios introducidos en su desarrollo han propiciado. Me refiero a los cambios en las evaluaciones y los derivados de la aplicación de un desarrollo curricular muy complejo. la Ley se está aplicando con más pena que gloria y con fecha de caducidad, sin que se vislumbre hasta ahora un mínimo consenso sobre su hipotético recambio.
¿Deberían mantenerse las reválidas ante un futuro cambio de la ley de educación?
El término reválida introdujo un concepto peyorativo y vinculado a una nomenclatura del pasado, que de entrada generó rechazo. Para ANPE las evaluaciones externas son necesarias y deberían ser estructuradas y coordinadas por el Ministerio para que resulten efectivas a la hora de diseñar políticas específicas y sirvan para la homologación de contenidos y vertebración del sistema educativo. Pero estas evaluaciones externas en las etapas obligatorias sólo tendrán sentido si responden a un instrumento para el diagnóstico del progreso en el aprendizaje, a la aplicación de programas de recuperación, y vayan precedidas de refuerzo previo de la evaluación continua e interna.
Nos tenemos que acostumbrar a la cultura de la evaluación porque son instrumentos básicos en el progreso del aprendizaje. Nos proporcional una información fundamental sobre el alumnado y sobre los propios centros, sin que ello sirva para establecer ranking con los resultados.. Y en determinados cursos las evaluaciones deben ser censales y no muestrales, como finalmente se prentedió en el desarrollo de la LOMCE.
4- ¿Se debe mantener la religión como asignatura?
ANPE está a favor de que la asignatura de Religión se imparta en los centros educativos públicos como oferta obligada para los centros y de opción voluntaria para el alumnado y las familias. Sólo así se cumple el mandato del articulo 27 de la constitución. Como ha venido impartiéndose en los últimos 30 años. Bien es cierto que son discutibles algunas cuestiones como la alternativa a la misma, el horario o incluso los efectos de su evaluación.
ANPE siempre actuará en defensa de los derechos del profesorado de Religión como trabajadores de la enseñanza pública, como hemos hecho siempre con este colectivo del que somos la primera fuerza sindical.
¿Da tiempo a diseñar y aprobar un nuevo acceso a la profesión y una carrera profesional en esta legislatura?
No da tiempo pero hay que empezar a sentar las bases de lo que en el futuro debe ser la función docente para afrontar la situación del profesorado y su futuro profesional, que sirva para dar respuesta los nuevos retos a los que se enfrenta la profesión docente, y hay que hacerlo desde dos planos: una ley de la profesión docente que diseñe y regule el perfil de los futuros profesores y un Estatuto del Profesorado, que defina el acceso y el desarrollo de una carrera profesional desde el ingreso hasta su jubilación, que haga atractiva y motivadora el desempeño de su función y que contemple unas retribuciones equiparables en todo el Estado. Y esto ha de abordarse, desde una perspectiva global, nada de parches ni de debates estériles, de libros blancos sin participación del profesorado, ni de propuestas descontextualizadas de MIR educativo. Para ANPE cualquier regulación del profesorado debe hacerse desde dos premisas elementales: el respeto siempre a las situaciones jurídicas individualizadas del profesorado actual y contando siempre con su participación e implicación.
¿Cómo debe ser el profesor del futuro? ¿Qué retos tiene por delante?
La actual situación del profesorado y su futuro profesional requieren un tratamiento urgente en el compromiso de mejorar la educación. Se trata de reconocer ya de una vez la importancia de la tarea docente y de tomar las medidas encaminadas a prestigiarla y protegerla, a motivar a los profesores y a reconocer su profesionalidad. De la excelencia en la formación inicial y continua de los docentes, de sus posibilidades de progreso, de innovación, de estabilidad, de reconocimiento de sus buenas prácticas, y de la mejora en sus condiciones laborales, depende en buena parte la calidad del sistema educativo
La profesión docente requerirá, cada vez más, capacidades y competencias para trabajar en escenarios diversos, interculturales y cambiantes. Los profesores han tenido que integrar en su trabajo el potencial informativo de las tecnologías de la información y comunicación, que ha sido realizado de forma voluntaria y en su tiempo libre. En muchas ocasiones hemos tenido que ser autodidactas de las nuevas tecnologías o aprendiendo unos de otros. El profesorado es la asignatura pendiente de nuestro sistema educativo y hay que abordar su situación porque es el principal factor de calidad del sistema.
¿Por qué es imposible llegar a un pacto educativo en España?
Por la tremenda ideologización que ha tenido la educación y porque, además, se ha utilizado como herramienta de confrontación ideológica permanente. De ahí nuestra incapacidad de lograr un pacto de estado, pese a los numerosos intentos que ha habido en estos últimos cuarenta años de democracia. La experiencia nos dice que siempre ofrecía el pacto el partido gobernante y lo rechazaba el que estaba en la oposición. Porque, en el fondo, parece que el que lo logre obtiene una ventaja política electoral y no debería ser así. Ahora cada vez es más difícil porque para que el pacto sea viable tiene que ser Político, Social y territorial.Y en estos días nos enfrentamos a un desafío secesionista que complica el panorama territorial. No hemos sido capaces de superar el artículo 27 de la Constitución que, visto lo visto, no es poco.
Se presenta de nuevo a la presidencia del sindicato. ¿Cuáles son sus objetivos?
Hacer de ANPE el gran sindicato del profesorado de la enseñanza pública desde nuestros principios de independencia y profesionalidad. Queremos un sindicato fuerte, cohesionado, unido y solidario que defienda un proyecto común en todo el Estado haciéndolo compatible en las CCAA y en todos los foros y ámbitos territoriales en que tenemos representación.
Queremos seguir siendo un referente en el mundo educativo defendiendo las legítimas aspiraciones del profesorado, la mejora de sus condiciones laborales y profesionales, la dignificación de su profesión, la recuperación de su autoridad pedagógica y didáctica, etc. Y junto a esas reivindicaciones legítimas, queremos ser un sindicato que dé siempre respuesta a los retos que plantea la Educación en el presente y en el futuro, con el compromiso permanente de mejorar la enseñanza pública como eje vertebrador del sistema educativo y garante de la cohesión social y de la igualdad de oportunidades.
En nuestro compromiso con la educación, la enseñanza pública y su profesorado empieza y termina nuestra razón de ser.
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