Aborto
El 55% de las mujeres que aborta cuenta con ingresos propios
Los datos revelan que la interrupción del embarazo, pese al descenso, «ha pasado a ser un método más de planificación familiar».
La última estadística sobre las Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE) proporcionadas por el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad revelaba un descenso en el número de abortos superior al 12%: de los 108.690 de 2013 a los 94.796 de 2014, año contemplado en este último estudio. Sin embargo, y profundizando en la estadística, hay una variable que se mantiene con respecto a los últimos años: las mujeres que toman la decisión de interrumpir su embarazo no se ven empujadas a llevarlo a cabo por motivos económicos, tal como suele argumentarse: más de un 55% contaba con ingresos propios. Y sólo un 8,9% constituía el colectivo más vulnerable: vivía sola y no contaba con ningún tipo de recurso.
Ésta es una de las conclusiones que refleja el estudio anual del Ministerio. De los 94.796 casos registrados, el estatus económico consta en 93.074, mientras que en el resto se desconoce. Un total de 51.280 mujeres, el 55,1%, cuenta con recursos económicos, mientras que 41.794 (44,9%)declaraban no tenerlos. Además, y sobre el total de interrupciones, el 72,2% (68.479) vive junto a su pareja, padres u otros familiares. Por contra, sólo 7.811 mujeres no cuentan ni con recursos ni con familiares o pareja que les sirva de apoyo.
A estos datos habría que añadir algunos de los explicitados en el informe: el 50,8% de las mujeres que abortaron declaraba tener trabajo. Concretamente, el 47,07% por cuenta ajena y el 3,75% por cuenta propia. La estadística refleja que aproximadamente una de cada cuatro está desempleada y que poco más del 13% se encontraba cursando estudios en el momento en que decidió interrumpir su embarazo.
Para las asociaciones en defensa de la vida, estos datos revelan que el aborto se ha convertido en un método anticonceptivo más. Sobre todo desde que la ley de 2010 lo permite ejercer libremente durante las primeras 14 semanas de embarazo. «El aborto se ha convertido en un método más de planificación familiar», señala Eduardo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Familiar (IPF). En su opinión, se le ha dado «una dimensión social que en algunos casos es irreal». Prueba de ello es que, de acuerdo con la última estadística del IVE, 59.000 mujeres interrumpieron su embarazo por primera vez, «pero más de 30.000 ya lo habían hecho en más de una ocasión, lo que ya supone el 36,7%. Se trata de un porcentaje que ha ido subiendo año tras año». De hecho, Hertfelder señala que en el año 2000, el porcentaje era del 23%, por lo que en los últimos quince años ha subido alrededor de 13 puntos porcentuales. «Se ha pasado de uno de cada cinco, a uno de cada tres».
La experiencia de Conrado Giménez-Agrela, presidente de la Fundación Madrina, ONG que ayuda a las madres en riesgo de exclusión, sí que apunta a que el aborto «es el anticonceptivo de los pobres». En su mayoría, acuden madres tanto inmigrantes como españolas, de entre 25 y 30 años, en muchos casos con un hijo ya a cargo, sin trabajo, y que han sido abandonadas por sus parejas.
En cuanto al acusado descenso en la cifra de abortos, Hertfelder considera que la estadística está «incompleta», pues hay comunidades que «no están llevando a cabo un protocolo de seguimiento de los abortos farmacológicos» y sólo se están centando en los quirúrgicos. Al IPF le llama la atención el hecho de que mientras una comunidad como Cataluña documenta que un 39% son por vía farmacológica, otra región como Madrid sólo informa de un 1% de interrupciones a través de este método, «potenciado por la ley de 2010 y cubierto por la Seguridad Social». «Desde el IPF instamos a que se haga un seguimiento de estos casos; si no, se están ofreciendo datos adulterados», subraya Hertfelder.
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