El 63,1% cree que los robots nos dejarán sin trabajo

El convencimiento de que el «relevo» no será generacional sino por máquinas es mayor a partir de 35 años.

«Surgirán nuevas profesiones que ocupen a los desplazados por máquinas». La frase es el nuevo mantra de los analistas económicos. Algo parecido debieron escuchar los que hace siglos trabajaban en la agricultura, ante la llegada de los procesos de industrialización; o, estos últimos ante al anuncio de la primera revolución de la automatización. La diferencia con entonces es que ya no existe una América o una Australia a la que emigrar. Ahora toca «reinventarse». De ahí que contar con una formación técnica y tener flexibilidad para adaptarse a las nuevas habilidades será clave para afrontar los empleos del futuro, marcados por la digitalización y la automatización... con robots. Los mismos que nos desplazaron serán nuestros «jefes». En este sentido, los jóvenes son los que más claro lo tienen: el 64,3% cree que los robots nos dejarán sin trabajo. Una opinión que supera a la media: 63,1%. Los consultados están también a favor, en un 59,2%, de que se impongan impuestos sobre la robotización del trabajo. Una transformación tecnológica para la que el 90,1% considera que no estamos preparados. Aunque no hay prisa, por más que los gurús de la nueva economía hayan hecho sonar las sirenas. Los cálculos más optimistas de estos expertos sostienen que un cierto nivel de automatización se obtendrá en 2055, sin embargo, establecen un margen de error de 20 años. Es decir, que este proceso podría completarse tanto en 2035 como en 2075. La razón última de ese retraso en la implantación de las máquinas está en las tasas a la robotización, que ralentizará el proceso. El futuro de las máquinas dependerá de los humanos. Y aquí nada es automático, más bien impredecible. Nada robótico.