Pamplona

El Camino de Santiago, en cuatro días a todo correr por los niños con cáncer

Un grupo de atletas madrileños solidarios con los niños enfermos de cáncer se ha propuesto correr de día y de noche y en menos de cien horas, 756 kilómetros del Camino de Santiago.

Ya sea con sol, lluvia, truenos o relámpagos, un grupo de atletas madrileños solidarios con los niños enfermos de cáncer se ha propuesto correr sin ninguna pausa, de día y de noche y en menos de cien horas, 756 kilómetros del Camino de Santiago.

El reto, cuyo inicio está previsto a las 10.00 horas del miércoles 24 de septiembre en la localidad navarra de Roncesvalles, ha sido bautizado "42x18: A Santiago contra el cáncer", una prueba deportiva de la que no hay noticia que alguien la haya emprendido antes.

"42x18"porque serán 42 kilómetros -la distancia de una maratón- los que recorran en cada una de las 18 etapas los atletas, unos 24, vinculados al Club Triatlón Las Rozas, de esta localidad de Madrid.

Carlos García Mauriño, de 49 años, y Miguel Matías-Barreiro, de 37, dos de los atletas organizadores, han explicado a Efe algunos pormenores de su propósito, que es el de correr de manera ininterrumpida desde Roncesvalles hasta llegar a Santiago de Compostela alrededor del mediodía del domingo 28 de septiembre.

La idea es que los deportistas se vayan relevando al cabo de cada etapa de 42 kilómetros recorrida en un promedio de cinco horas.

García Mauriño ha explicado que, en principio, será un atleta el que corra cada tramo, aunque por razones de seguridad las etapas nocturnas las correrán dos deportistas.

El dinero recaudado irá todo al Fondo de Ayudas Extraordinarias de la Fundación Aladina, que en casos puntuales apoya a las familias sin recursos que deben adquirir prótesis, sillas de ruedas, pelucas o cualquier otro gasto derivado de la enfermedad de sus hijos.

La organización ha dispuesto las páginas de Internet www.42x18.com o https://www.aladina.es/colabora/42x18.php para que cualquier persona o entidad donante que desee colaborar.

Entre los corredores del club y la fundación no hay vínculos. La idea, eso sí, surgió de dos deportistas que tienen familiares jóvenes con cáncer y que quieren compartir la filosofía del club, en el que hay unos 130 afiliados, muchos de ellos con hijos que ya practican en su Escuela de Triatlón.

Miguel ha explicado que un buen grupo de amigos se ha ofrecido para apoyar a los atletas en cada etapa, y que algunos serán acompañados en parte del recorrido, ya sea corriendo o en bicicleta.

Sin embargo, la organización advierte de que, aunque agradece los apoyos, no puede responder por la seguridad ni el avituallamiento de otras personas ajenas a la prueba organizada que quieran salir a correr, pues "no es una carrera popular".

La primera etapa llegará hasta Zubiri y Pamplona y a partir de ahí pasará por localidades como Villatuerta, Viana, Nájera, Belorado, Atapuerca, Castañares, Burgos, Hontanas, Frómista, Revenga, Terradillos, Reliegos, San Miguel del Camino, Astorga, Murias, Molinaseca, Trabadelo, A Balsa, Toxibo, Castañeda, Arzúa o Pedrouzo.

Ya falta menos para el inicio de la prueba y mientras tanto la organización hace los ajustes necesarios para que haya sincronía y la carrera no se detenga en ningún momento, y los atletas, que no son profesionales y la mayoría nunca ha corrido una maratón, llevan ya varias semanas preparando su estado físico.

"Además de la práctica normal, un patrocinador nos ha preparado un entrenamiento especial de montaña", ha explicado Matías-Barreiro, quien cuenta además que a lo largo del camino tendrán apoyo médico y de un fisioterapeuta.

Los corredores nocturnos iluminarán el camino con unas lámparas livianas que llevarán en la frente y se guiarán con la ayuda de unos relojes GPS donados por otra de las entidades colaboradoras.

Y cuando llegue la hora de la verdad, de afrontar 756 kilómetros en tan pocos días, los atletas del Club Triatlón Las Rozas correrán hacia la plaza del Obradoiro compostelana con la idea primigenia que han impreso en la camiseta diseñada para la ocasión: "Para que los niños con cáncer nunca pierdan la sonrisa".