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Un enfermero puede ser el mayor asesino en serie de Alemania
La Policía sospecha que Niels Högel habría acabado con la vida de 84 pacientes con un fármaco que les paraba el corazón
La Policía sospecha que Niels Högel habría acabado con la vida de 84 pacientes con un fármaco que les paraba el corazón.
En 2005, el enfermero Niels Högel fue descubierto por un colega en pleno acto homicida. Hasta entonces, nadie en el hospital de Delmenhorst, en el norte de Alemania, intuyó ni mucho menos desconfió de un compañero que junto a un currículo intachable presumía de haber conseguido reanimar en el último momento a varios de sus pacientes aquejados de un fallo cardíaco. Pero aquel año, la casualidad personificada en un enfermero descubrió a Högel cuando suministraba a un paciente una inyección con una dosis letal de un fármaco para reducir el ritmo del corazón. El paciente sobrevivió, pero el enfermero fue detenido y, en 2008, condenado a siete años y medio de cárcel.
El tema no quedó ahí. Poco después, una mujer se puso en contacto con la Policía para expresar sus sospechas de que su difunta madre también podría haber sido víctima del enfermero asesino. La posibilidad llevó a las autoridades a exhumar varios cuerpos y a encontrarse de bruces no solo con la confirmación de las sospechas de la mujer, sino con rastros del medicamento empleado por el enfermero en otros cadáveres.
El escenario más horrendo saltó por los aires, pero se sabe que la masacre de Niels Högel, del que ahora se dice es el mayor asesino en serie de Alemania, fue todavía mayor. Tras años de investigaciones, la Policía aseguró ayer que el ex enfermero pudo haber matado a 84 personas más de las que se le imputan hasta el momento. Los expertos de la comisión especial «Cardio» exhumaron 134 cadáveres con el fin de detectar si los cuerpos presentaban restos de medicamentos con los que el ex enfermero causaba primero un fallo cardíaco o un colapso circulatorio, para luego tratar de reanimarlos y quedar así como un héroe ante sus colegas.
Con todo, los investigadores reconocen que la lista de víctimas nunca se podrá establecer con certeza porque muchos de los pacientes fallecidos fueron incinerados. «La comisión de investigación especial estableció 84 asesinatos en el estado actual de la investigación», indicó el presidente de la Policía de Oldenburgo, Johann Kühme, aunque no obstante se sospecha que podría estar involucrado en hasta 200 muertes. «Y como si todo eso no fuera suficiente, debemos darnos cuenta de que la verdadera dimensión de los asesinatos es probablemente muchas veces peor», dijo Kühme.
Otro factor que perjudica la capacidad de las autoridades para determinar un número exacto, añadió, es el hecho de que los casos se remontan muchos años atrás y las personas pueden tener problemas para recordar los detalles exactos de las muertes de sus seres queridos. Los hechos se produjeron entre 2003 y 2005 en dos clínicas, en Delmenhorst y Oldenburgo, en el noroeste del país, y el ex enfermero utilizó cinco medicamentos distintos, por lo que dos antiguos médicos jefe y el responsable de la unidad de cuidados intensivos de Delmenhorst están acusados de homicidio por omisión. En la clínica de Oldenburgo continúan las investigaciones para determinar la posible corresponsabilidad del personal hospitalario, para lo cual es necesario primero establecer de qué muertes se está hablando y las circunstancias de las mismas, indicó el fiscal de la ciudad, Thomas Sander.
El hecho de que tantos pacientes perdieran la vida durante el turno de Högel, fue objeto de conversaciones en los dos hospitales. De acuerdo con la Fiscalía, en el caso de Delmenhorst había también indicios concretos de que mataba a sus pacientes. Mientras, las investigaciones contra los responsables en el hospital de Oldenburgo continúan abiertas. «Se podrían haber evitado los asesinatos», afirmó Kühme.
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