Los Ángeles
El negocio del vientre de alquiler
La gestación subrogada es un lujo que muy pocos padres y madres pueden permitirse. Y no sólo por problemas legales; también por impedimentos económicos. La cuestión vuelve a estar sobre la mesa después de las declaraciones de Miguel Bosé a la revista «Shangay». Ya era de sobra conocido que el popular cantante había recurrido a los llamados «vientres de alquiler» para tener a sus hijos Diego y Tadeo. Sin embargo, Bosé dejó boquiabiertos a todos al confesar a la publicación que cuida de dos hijos más, los mellizos Ivo y Telmo, fruto de esta técnica. Al parecer, el artista pudo desembolsar en torno a 200.000 euros para ser padre por segunda vez.
¿Existe una demanda en España al respecto? Lo cierto es que cada vez surgen más movimientos ciudadanos en nuestro país que solicitan la legalidad de esta técnica. Es el caso de Gestación Subrogada, grupo promotor de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) ante la mesa del Congreso que buscará recabar 500.000 adhesiones. Como explica su portavoz, Aurora González, el principal escollo se encuentra en la Ley de Reproducción Asistida de 2006. Concretamente en su artículo 10, que buscan que sea derogado: «Será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero», afirma la legislación. Muchos podrían aducir que la adopción es una opción más segura. Sin embargo, lo cierto es que se trata de «procesos muy largos, que pueden tardar hasta siete años –y por tanto los padres pueden cambiar de opinión– y en los que las madres pueden no haber pasado los controles prenatales necesarios», asegura González. La propuesta incide en que la gestante debe inscribirse en un registro nacional de gestación por subrogación, recibiendo una compensación en caso de llevar adelante el embarazo.
«Por el momento, no nos hemos planteado modificar la actual normativa», explica el doctor José Manuel Bajo Arenas, ginecólogo que forma parte de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, que subraya que nuestro actual marco legislativo «no lo permite por los problemas que puede generar en relación a la paternidad del nacido, a pesar de que nuestra ley es bastante amplia a la hora de regular la reproducción asistida».
Bajo Arenas explica que la demanda ha aumentado especialmente por las peticiones llegadas por las parejas homosexuales e insiste en que esta cuestión «es más un tema social que un tema médico, pues la medicina ya ha demostrado que se puede llevar a cabo».
Sentencias homologadas
Aparte de las parejas homosexuales, las mujeres sin útero, las parejas que se han sometido sin éxito a técnicas de fecundación y los hombres solteros suponen los principales perfiles que recurren a la gestación subrogada. Eso sí, fuera de España. Y es que, lo que es ilegal aquí puede no serlo más allá de nuestras fronteras, como se ha visto en el caso de Bosé. De hecho, los padres y madres que tomen esta decisión tienen a su favor la Instrucción de 5 de octubre de 2010, de la Dirección General de los Registros y del Notariado, sobre «régimen registral de la filiación de los nacidos mediante gestación por sustitución». De esta forma, y siempre que medie una sentencia judicial en el país de la madre gestante que garantice su seguridad y la del bebé –así como que la madre esté informada y ha accedido de forma voluntaria–, es posible inscribir al pequeño en el Registro Civil.
No existen estadísticas oficiales al respecto, pero algunas estimaciones hablan de en torno a 500 parejas al año. Eso sí, el desembolso para estos padres es importante. En el menor de los casos, hablamos de 100.000 euros. Así sucede al menos en el estado de California (EE UU). Como explica González, existe suficiente jurisprudencia al respecto como para aportar garantías. Allí es legal desde hace cuatro décadas. De hecho, el pasado mes de abril, nuestro Registro Civil inscribió a dos gemelos nacidos en Los Ángeles y que actualmente viven en Madrid con su madre española, tras homologar una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de California.
El otro destino principal es India. En ocasiones se ha apuntado al negocio establecido en el país asiático en torno a los vientres de alquiler –unos 350 millones de euros al año–. Con todo, el precio a desembolsar es más económico: en torno a 40.000 euros. Eso sí, pueden surgir más complicaciones legales. Hace ahora un año, dos padres, Elsa Saint y Juan Antonio González, quedaron «atrapados» en el país junto a su hija recién nacida debido a un error en el registro.
«Somos optimistas. Mucha gente en España lo necesita», afirma la portavoz que promueve la ILP, que aclara que la expresión «vientre de alquiler» no se corresponde con la realidad: «Es una forma despectiva de referirse a la gestación subrogada. No se trata de un negocio».
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