Religion

El obispo de Ávila: “La Iglesia no es ningún contrincante político”

El obispo señaló que en un ambiente de confrontación política, lógico en un periodo en el que se aproximan elecciones generales -las cuartas en cuatro años-, la gente puede llegar a pensar que la Iglesia es un actor electoral.

El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo
El obispo de Ávila, José María Gil Tamayolarazon

El obispo señaló que en un ambiente de confrontación política, lógico en un periodo en el que se aproximan elecciones generales -las cuartas en cuatro años-, la gente puede llegar a pensar que la Iglesia es un actor electoral.

En la pasada celebración del Día de la Iglesia Diocesana, donde se dieron cuentas del estado de ingresos y gastos de la Diócesis en 2018, así como de las labores educativas y asistencias sociosanitaras a las cuales la institución atiende, el obispo de Ávila y exsecretrio general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, aprovechó para declarar que “la Iglesia no es ningún contrincante político ni un factor electoral”. En este contexto, el obispo señaló que en un ambiente de confrontación política, lógico en un periodo en el que se aproximan elecciones generales -las cuartas en cuatro años-, la gente puede llegar a pensar que la Iglesia es un actor electoral. Por ello, recordó que la Iglesia lleva siglos dedicándose a su función, que es servir a los feligreses y aportar en lo que compite a aspectos sociales, educativos y asistenciales con el fin de “hacer sociedad, provincia y ciudadanía”.

No es la primera vez que la Iglesia se pronuncia sobre política, aunque solo en contadas ocasiones ha llegado a posicionarse. La institución se debe a lo que indica el mensaje del Concilio Vaticano II, que dice textualmente lo siguiente: “Cristo no dio a su Iglesia una misión propia en el orden político, económico o social. La Iglesia no se liga en virtud de su misión y su naturaliza a ninguna forma particular de cultura humana, a ningún sistema económico, político o social. Ello no le impide dar su juicio moral incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona y utilizando todos y solo aquellos medios que sean conformes al Evangelio”. El Concilio pretendía renunciar a convertirse en un partido político y concede al hombre el reconocimiento de su absoluta autonomía moral: “No somos libres solamente para salvarnos, sino también para condenarnos. No somos libres solamente para acertar, sino también para equivocarnos”.

Sin embargo, como siempre ocurre, toda norma tiene sus excepciones. Y aunque sean pocas las ocasiones, algunos miembros de la Iglesia se han pronunciado respecto a temas políticos. El sacerdote Alfonso García Bermejo, quien presidió el matrimonio de Santiago Abascal -líder de la formación VOX- fue reprendido por su diócesis por manifestar su opinión política, que en este caso afirmaba que el partido político de VOX no era un partido de “extrema derecha sino de extrema necesidad”.

Otro tema que ha generado gran controversia en el ámbito eclesiástico ha sido la reciente exhumación del dictador Francisco Franco el pasado octubre, cuarenta y cuatro años después de su muerte. El prior de la Abadía del Valle de los Caídos avisó al Papa, al abad de Solesmes, a la Conferencia Episcopal Española presidida por Ricardo Blázquez y al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que no se respetó la inviolabilidad de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos como lugar sagrado durante la exhumación de Franco. El prior presentó una denuncia por el “acceso inconsentido” de los efectivos de la Guardia Civil al templo. Por otra parte, el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha afirmado que la institución respeta la decisión del Tribunal Supremo pero rechaza que se haga un “uso ideológico y partidista”.

Luis Argüello también se ha manifestado en lo que concierna al conflicto catalán que está sucediendo y pide que se imponga la razón a los sentimientos identitarios. Defiende la Constitución y avisa que cortar carreteras o tráfico ferroviario es también violencia, indicando su postura opuesta a los actos violentos producidos en Cataluña en consecuencia del movimiento independentista.

Tras la repetición electoral, Argüello también instó a los políticos a buscar acuerdos para formar Gobierno y encontrar puntos de encuentro para acabar con este bloqueo institucional.