Papel
El peligroso trago del alcohol en polvo
Esta polémica sustancia, que llegará a Europa, puede ser adictiva, según los expertos.
La presentación del producto es bien simple. Un hombre, sentado tras una mesa, muestra a la cámara cómo se prepara la mezcla. Con una mano sostiene una pequeña bolsa de plástico brillante con polvos en su interior mientras que con la otra vierte agua de una botella al envase sin llegar a colmarlo. Cierra la bolsa mediante una banda hermética y la agita brevemente. Vuelve a abrirlo y prueba el resultado bebiendo directamente del plástico. Finalmente, introduce una pajita y coloca una rodaja de lima en la abertura superior como remate al cóctel que acaba de preparar. El autor del tutorial responde al nombre de Mark Phillips, y el brebaje que ha elaborado es Palcohol, su creación particular. Se trata de una nueva forma de consumir alcohol que, sin haberse comercializado aún, ya cuenta con una potente oposición en los Estados Unidos.
El Palcohol no es otra cosa que alcohol sometido a un proceso de liofilización, lo que consigue que la sustancia se encuentre en un estado cristalino o en polvo. El mes pasado, la Oficina de Comercio e Impuestos del Alcohol y el Tabaco (TTB) de Estados Unidos aprobó la etiquetación del Palcohol, y desde entonces, estados como Luisiana, Carolina del Sur, Vermont o Virginia ya han legislado contra el revolucionario invento. ¿El motivo? El alcohol en polvo parece esconder numerosos riesgos. Su formato, similar al de los batidos infantiles en sobre, promete abrir nuevas vías de consumo de alcohol en los jóvenes. Precio bajo de la dosis, paquetes fáciles de ocultar o formas de consumo no recomendadas (como mezclar el polvo con una cantidad de líquido menor a la indicada o ingerirlo directamente) son sólo algunos de los peligros que esconde el alcohol cristalino.
Tras la aprobación de las etiquetas, Lipsmark se fija el próximo verano como la fecha más temprana en la que empezarán a comercializar Palcohol en aquellos estados norteamericanos que para entonces no lo hayan prohibido. No obstante, los límites de la propuesta comercial no parecen quedarse ahí. LA RAZÓN se ha puesto en contacto con la empresa y ésta asegura que «quiere distribuir el producto alrededor de todo el mundo».
En declaraciones a este periódico, la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) no concibe el Palcohol como una amenaza real para la industria ya que según el reglamento de la Comunidad Europea 110/2008, el etanol de este tipo de bebidas sólo puede obtenerse por la destilación de materias primas de origen agrícola. Pese a esta cortapisa legal, sería demasiado aventurado afirmar que el polémico sucedáneo no será consumido en España si se tienen en cuenta los precedentes de cualquier otra novedad en el ámbito de las sustancias recreativas que, autorizada o no, se ha visto acompañada de un emergente mercado negro.
Ante la posible llegada de este nuevo formato de bebida espirituosa a España, Guillermo Fouce, doctor en Psicología y experto en drogas y juventud, advierte del consumo que pueda originar en algunos sectores de la población que aprovechan los fines de semana para atiborrarse de alcohol: «Las ingestas masivas sólo acaban cuando se pierde el control. Aunque no estamos hablando de un consumo de alcohol que se repita todos los días, sí estamos ante una nueva forma de adicción. No enseñar un uso moderado va a ser un problema».
Según los expertos, el Palcohol encajaría en el consumo en escalada, en el que se empieza probando una sustancia para luego aumentar la cantidad ingerida y dar el salto a otras más potentes. «En cualquier consumo entran en juego factores culturales y sociales. Puede tratarse de una moda, pero fácilmente permanecerá ya que existe una búsqueda constante de sensaciones y de formas alternativas de perder el control. Ahora los adolescentes están comprando bebidas de más alta graduación que la permitida por ley. Que el alcohol en polvo sea tenido en cuenta dependerá de si es más barato, más accesible y de si genera el efecto deseado», sostiene el psicólogo.
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