El pueblo de Sant Llorenc, diseñado para sufrir una inundación

Un geógrafo experto culpa de las inundaciones a la propia cuenca natural de Sant Llorenc y asegura que las lluvias no propias del clima mediterráneo. El aumento del caudal por la intensidad de las lluvias y la hora en que se produjo también han influido.

Al menos nueve personas han muerto tras el desbordamiento de un torrente en localidad mallorquina de Sant Llorenç. Las explicaciones a este suceso parecen encontrarse en la geografía del propio pueblo. Así lo manifestaba el jefe del departamento de Geografía de la Universidad de las Islas Baleares, Miquel Grimalt, quien ha asegurado que "la cuenca natural de Sant Llorenç parece diseñada a propósito para provocar un inundación". Pero, ¿podría haberse evitado la tragedia?

"Con los años, el municipio se ha metido literalmente dentro de su cama", explicaba a IB3 Noticias Grimalt. "El cambio climático no es el responsable de lo sucedido. Estas lluvias son propias del clima mediterráneo. Lo que tenemos que hacer es aprender a convivir con ello y no ignorarlo ", pese a que hacía 27 años que no se producía un torrente similar en Mallorca.

En cuanto a lo que hay que hacer para que no vuelva a ocurrir, Grimalt señala que lo más fácil "sería no perder la memoria. Mucha gente no se acordaba de la anterior riada, como si ya no existiese. Hay que tener sentido común, nos confiamos de los coches nuevos y muchos son peores: pesan menos y flotan más. Un 600 no era arrastrado de la misma forma que ahora pasa con uno nuevo. También podría haber normativas más restrictivas respecto a la construcción cerca de cauces. Y eso que este pueblo no es el más extremo".

Sobre la cantidad de lluvia caída, Grimalt ha querido aclarar que "la cantidad general de lluvia no ha sido tan excepcional, lo excepcional ha sido la intensidad momentánea. No hay registros, pero se calcula que podrían ser de 200 o 300 litros por metro cuadrado en algunos momentos. 250 litros es mucha agua, pero en Mallorca hay extremos de más de 400 litros por metro cuadrado".

De esta forma, Grimalt relata que "la lluvia tiene una consecuencia que es un caudal enorme. Y la mala suerte es que también había llovido ayer, llovió en la cabecera de un recurso fluvial que recoge afluentes cortos y los distribuye en abanicos". En definitiva, el repunte de caudal y su intensidad y la mala suerte de la hora en la que se produjo, también contribuyeron a aumentar la tragedia, que en otra hora, asegura Grimalt "no habría sido para tanto".