Sucesos
El triángulo de la muerte de Llanes
El marido de la prima de la mujer del edil fue arrestado ayer junto a otras tres personas
El marido de la prima de la mujer del edil fue arrestado ayer junto a otras tres personas.
Puede que el día que asesinaron a su marido creyera que se trataba del peor de su vida pero probablemente el de ayer lo superó. Nuria Blanco, la mujer del concejal de IU en Llanes, Javier Ardines –asesinado el pasado 16 de agosto a la salida de su casa–, se enteró ayer de que su prima carnal (por parte de padre) probablemente mantuvo algún tipo de relación sentimental con su marido y que fue el esposo de ésta quien, muerto de celos, encargó su asesinato. Así lo cree la Guardia Civil, que ayer detuvo en el marco de la «operación Strabe» a este hombre, Pedro Luis Nieva Abaicar, de 48 años, como presunto autor intelectual del asesinato del concejal. Lo hizo en su casa de Amorebieta, en un adosado situado en el 26 de la calle Zubipunte, donde vivía con su mujer, Catalina Blanco Rodríguez, y los dos hijos veinteañeros de la pareja. Sorprendió la imagen de Pedro al salir de su vivienda, con una actitud serena. Los investigadores creen que su mujer, a quien llaman Katia y quien presuntamente habría mantenido una relación con Ardines, no sabía nada del encargo del crimen y no está previsto tomarla declaración.
La Unidad Central Operativa (UCO) también detuvo a otro español en Erandio, quien supuestamente desempeñó el papel de mediador o enlace entre Nieva y los dos argelinos que supuestamente fueron los autores materiales del crimen. Uno de ellos fue detenido en un barrio de Bilbao, Otxarkoaga, y el otro estaba arrestado por otro asunto en Suiza, desde donde ya se está tramitando su extradición para que los agentes le pongan a disposición del Juzgado de Primera Instancia de Llanes, junto con el resto de detenidos. Según fuentes de la investigación, los cuatro tenían relación entre ellos porque se han dedicado en mayor y menor escala al tráfico de sustancias estupefacientes, por lo que todos tienen antecedentes.
El dispositivo policial para detener a Nieva ha causado una enorme sorpresa en este tranquilo barrio situado a las afueras de Amorebieta, donde se mudaron hará ya una década. «Eran pareja desde muy jovencitos. Él hablaba poco y apenas se le veía por aquí pero ella es encantadora, no se merece algo así. Nos hemos quedado de piedra», comentaba ayer una vecina que solía pasear a su perra con las dos que tenía la familia. Pedro regentaba una empresa de instalaciones eléctricas, «Mugarra», en el barrio de San Juan y se había encargado de hacer varias instalaciones a sus vecinos. «Le iba muy bien, tenía un coche bueno y había logrado sortear la crisis», explicaba ayer un tipo que le conocía desde la adolescencia. Katia, al parecer, «muy dicharachera», no trabajaba porque estaba recién operada de un hombro y ayer una de sus hermanas acudió al domicilio mientras los agentes realizaban el registro para ayudarla en este momento tan delicado.
Los investigadores han tardado seis meses en resolver este crimen que conmocionó Llanes este verano, cuando se celebraban las fiestas de la localidad. Este hecho fue uno de los que más complicó la investigación en sus inicios: todo el mundo había visto a mucha gente que no era del pueblo, por lo que nadie llamó especialmente la atención y las antenas de telefonía móvil estaban más saturadas de lo habitual. No parecía una investigación sencilla y la Policía Judicial de la Guardia Civil de Llanes solicitó refuerzos a Madrid.
Desde el primer momento no se descartó ninguna hipótesis y, al tratarse Ardines de un concejal «molesto» y con bastantes enemigos políticos, se sospechó que detrás del crimen pudiera estar alguien a quien afectara alguna decisión tomada desde el ayuntamiento. Pero pronto las cosas cambiaron de rumbo. Los investigadores tomaron gran cantidad de evidencias científicas en el lugar donde mataron al edil. Los agentes fueron centrando la investigación hasta conseguir la autorización judicial de intervenciones telefónicas. Cuando se vieron nerviosos cometieron algunos descuidos que permitieron a la UCO avanzar y lograr cerrar el círculo. Se cree que Pedro Nieva, celoso al pensar que su mujer podía haber tenido algo con el concejal (marido de su prima), decidió encargar una paliza. «Puede que no pretendiera matarle», sostienen desde la investigación. Se desconoce el tipo de encargo que habría hecho a los argelinos, con quienes contactó a través del arrestado en Erandio.
Tras la entrega de una cantidad económica, los autores materiales se dirigieron la madrugada del 16 de agosto al lugar donde vive el edil, en Belmonte de Pría y, tras tenderle una emboscada (colocaron unas vallas en el camino para que tuviera que bajarse del coche a quitarlas) le propinaron un fuerte golpe en la cabeza. El concejal trató de huir o, probablemente, responder a la agresión y, quizás por eso los autores acabaron haciendo «más daño del que pretendían». Además del fuerte trauma craneal, la autopsia reveló que Ardines murió por asfixia. Ayer, muchos en Llanes respiraban aliviados por la resolución del crimen y porque ya han terminado las especulaciones. Y es que, durante muchos meses, creyeron que tenían a un asesino en el pueblo. Incluso llegaron mensajes de amenazas de muerte a otros concejales de IU. Finalmente estaba a unos 200 kilómetros, en Amorebieta. Este diario ya publicó el 17 de noviembre que la Guardia Civil apuntaba a un móvil sentimental. Los agentes tuvieron que entrevistarse prácticamente con todos los trabajadores del consistorio para descubrir quién podía tener motivos para acabar con Ardines. Finalmente, se descubrió que el asesino estaba en el círculo familiar. En la investigación, capitaneada por la UCO, han tenido una importante participación el Laboratorio de Criminalística, el GAR y las comandancias de Vizcaya y Asturias.
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