«El violador del estilete»: El quinto reincidente

Félix Vidal Anido ingresó el jueves en la prisión de Asturias acusado de un nuevo delito de agresión sexual y robo.

Félix Vidal Anido, lucense, de 54 años, conocido como «Jimmy» y, en el ámbito delictivo, como el «violador del estilete» (utilizaba una navaja para amedrentar a sus víctimas) vuelve a la cárcel. El pasado jueves ingresó en la prisión de Asturias acusado de un nuevo delito de agresión sexual y robo ocurrido hace tan sólo unos días: el 22 de enero.

M.A. P., la novia del violador, y un amigo de ambos, M.A.L.P., acudieron también a robar a la víctima, «de especial vulnerabilidad», según expone el mandamiento del juez. Existen indicios, además, de que no contenta con el robo, la novia del violador en serie acudió un día después a «agredir» a la víctima.

El juez considera que la novia y el amigo del violador «presumiblemente prestarán su coartada» a uno de los violadores en serie más temibles que ha habido hasta ahora en España. De ahí que haya ordenado, como medida cautelar, la «prohibición contra los denunciados de aproximarse a la víctima a menos de 300 metros, cualquiera que sea el lugar en el que se encuentre, así como la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio».

El «violador del estilete» ingresó en la prisión de Asturias sin reconocer los hechos, sólo el robo, según pudo saber LA RAZÓN.

Sus antecedentes son estremecedores. Con 18 años ya escribió las primeras páginas de su historial delictivo mientras cumplía el servicio militar en Alcalá de Henares. De hecho, se le conoció como el «violador de Alcalá», lo que le llevó a cumplir una condena de 24 años en la prisión de Monterroso.

Pero Vidal es conocido, sobre todo, porque fue uno de los depredadores sexuales en serie que la doctrina Parot puso en la calle en diciembre de 2013. Fue condenado a 70 años de prisión por dos agresiones muy violentas cometidas en Lugo en el año 1987, aunque cumplió 32. 56 mujeres figuran en su largo historial de víctimas. Y aún hay más. Volvió a las andadas en 2014, en Lugo. Fue encarcelado por un nuevo intento de agresión sexual a una mujer, que logró abrir la puerta de su vivienda y entrar para ponerse a salvo, pero no pudo cerrarla por la presión del agresor. Los gritos de la víctima y las llamadas de auxilio del hijo de la mujer, que casualmente se encontraba en su interior, lograron evitar un trágico desenlace. De este modo, Vidal Anido volvió a la cárcel por intento de violación. Quedó en libertad mayo de 2015. «Ya soy libre para hacer lo que quiera, dentro de un orden», llegó a decir desde la casa de sus padres, en el municipio de Pol, donde residía con su novia.

Entre las agresiones más graves figura la que realizó a una empleada de hogar en Lugo, a la que ató de pies y manos. Posteriormente exigió que le hiciese lo mismo que figuraba en unas fotos de una revista pornográfica que llevaba consigo. «Ahora voy a hacer de carnicero», le dijo mostrándole la navaja. La apuñaló y después orinó sobre ella. Además robó joyas de la vivienda. El de Félix Vidal Anido no es el único caso de violadores en serie que han quedado en libertad por la doctrina Parot y han vuelto a reincidir. Cerca de un centenar de asesinos, violadores y terroristas se han beneficiado de ella. Desde entonces, el Ejecutivo comenzó a estudiar una reforma legal que evitase que asesinos y violadores múltiples quedasen en libertad tras no cumplir ni siquiera 30 años de prisión. En 2012, Justicia dio los primeros pasos en la reforma del Código Penal para implantar la prisión permanente revisable hasta que en marzo de 2015 el Congreso la aprobó con penas mínimas de 25 años. Ahora esta reforma está en cuestión después de que el pasado mes de octubre la Cámara Baja aprobara su derogación.

Son muchos los que quieren que a estos violadores en serie también se les aplique la prisión permanente revisable. Los hechos constatan que los depredadores sexuales no tienen rehabilitación posible. Aquellos a los que la Parot puso en la calle, como el violador de la niña Olga Sangrador, el «violador del portal», el del ascensor, Antonio García Carbonell y, ahora también, el del estilete, vuelven a estar entre rejas por volver a las andadas.