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Demografía

En la frontera se vive mejor

Las oportunidades laborales de las comunidades con más empleo y el precio de la vivienda y la menor presión fiscal, en otras, ha producido el fenómeno de asentamientos de población en los límites provinciales

En la frontera se vive mejor larazon

Las oportunidades laborales de las comunidades con más empleo y el precio de la vivienda y la menor presión fiscal, en otras, ha producido el fenómeno de asentamientos de población en los límites provinciales.

Cualquier movimiento migratorio se define por cruzar la frontera, la línea política y geográfica que diferencia a los Estados, la que marca a un lado u otro una mayor prosperidad. Sin embargo, en muchos casos es mejor quedarse justamente en ese límite, vivir en la frontera, para beneficiarse de lo mejor de cada lado. Cruzarla amaneciendo el día y regresar a casa al anochecer. La frontera más transitada del mundo es la que separa a México de Estados Unidos en el paso de Tijuana a San Diego.

Los del sur la cruzan para trabajar con mejores sueldos y los del norte para comer marisco, reparar el coche o someterse a una tratamiento de belleza a mitad de precio o más. Hay más cosas que hacer entre 30 millones de cruces anuales y una economía en la zona de 230.000 millones de dólares. De manera más moderada y sin necesidad de mostrar el pasaporte en la aduana, algo parecido se está produciendo en España en los límites entre comunidades autónomas. El objetivo es el mismo: beneficiarse de lo mejor de una lado y otro. Basta ver el mapa, por ejemplo, de Madrid y sus provincias colindantes, en especial Toledo, en el sur, y Guadalajara, en el este.

En las franjas de ambas que lindan con Madrid, la mitad de su población es no nacida en la zona. El objetivo sigue siendo el mismo: sueldos más altos en Madrid y vivienda más económica y menos presión fiscal en las provincias vecinas. De por medio: una hora, o más, de transporte diario. Este mismo modelo se repite de manera muy especial entre Burgos y el País Vasco, triángulo que lo cierra Cantabria. El 50% de personas que habitan esa zona provienen de otros comunidades. La diferencia es evidente en el precio de la vivienda: 1.450 euros metro cuadro en Burgos y 2.283 en los municipios de la ría de Bilbao. El mismo límite existe entre Aragón y Cataluña.

Pero hay una tendencia que va en aumento: el abandono del lugar de nacimiento por otras zonas, siempre motivada por la búsqueda de trabajo, mejores servicios y oportunidades, lo que va en detrimento de la despoblación del interior. De hecho, la mayoría de las localidades españolas, salvo las grandes capitales, han perdido a más del 20% de su población local. Dichas capitales ya sólo mantienen una media del 50% de sus habitantes que han nacido en la ciudad. Los nacidos en el extranjero se agrupan de manera especial en el litoral, lo que da pista de algunos empleos.

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