Opinión
Esfuerzo y disciplina
Carlos Sainz acaba de volver a ganar el Dakar a los 61 años
Se qué estoy un poco demodé. Que soy mayor y tengo vigentes algunas ideas del pasado que no cuadran con estos tiempos modernos. Pero hay determinadas circunstancias y logros que me hacen regodearme en esas creencias propias de mi “senectud” y sentirme plenamente orgullosa de ellas. Entre ellas, los triunfos que tienen que ver con el esfuerzo y la disciplina. En este caso el último de mi querido y admirado amigo desde la adolescencia Carlos Sáinz. Carlos acaba de ganar el Dakar con 61 años. Y no es que sea un milagro que lo haya conseguido (va la cuarta vez en los últimos tiempos, ya con muchos años cumplidos y después de una carrera gloriosa de campeonísimo), el milagro es que, con todo probado y requetedemostrado, con la consideración y el respeto internacionales, haya querido volver a meterse en faena a costa de un esfuerzo y una disciplina asombrosas, que le acompañan desde que era un chaval y que ha trasladado como modelo de referencia a su familia entera (ahí está el ejemplo de su hijo Carlos en la Fórmula 1 y de sus profesionales y trabajadoras hijas, Blanca y Ana, cada una en su sector. Carlos, que será abuelo en unos meses, cuenta con una de esas familias ejemplares construida desde la solidez de su matrimonio con Reyes Vázquez de Castro, así que lo tiene todo. Podía sentarse a contemplar la vida y ya está. Pero no. Quiere seguir siendo activo y ejemplar para una sociedad que respecta poco la edad y por supuesto para los suyos. Y convencernos a todos de que por supuesto que son necesarias ayudas y subvenciones públicas y privadas, pero que solo con esfuerzo y disciplina los sueños se pueden convertir en realidad.
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