Demografía

España se queda sola

El desierto geográfico existe y se extiende hasta dibujar un páramo sin habitantes. España vive una crisis demográfica que anuncia el final del mundo rural frente al urbano

España se queda sola
España se queda solalarazon

El desierto geográfico existe y se extiende hasta dibujar un páramo sin habitantes. España vive una crisis demográfica que anuncia el final del mundo rural frente al urbano.

Cualquiera que haya viajado por España en tren, coche o autobús, retendrá en la mirada un interminable páramo que apenas queda perturbado por unas cuantas casas. Se extiende la llanura en silencio y en algunos momentos puede aparecer una persona, poco más, atareada en las labores del campo. Si se transita por algún pueblo de Castilla, Aragón o Extremadura, puede cruzarse de punta a punta sin ni siquiera despertarse los perros. Ese inmenso erial no es producto de la improvisación: después de todo, siempre ha habido un cierto desprecio hacia el mundo rural, su manera de hablar, su triste fisonomía, su tradicionalismo que le emparenta con las mismísimas piedras, o su lealtad a la tierra.

Quien mejor ha relatado ese estado de barbecho perpetuo ha sido Sergio del Molino en «España vacía» (Turner), libro que ha despertado un interés inusitado para temática tan árida y polvorienta, pero que se adentra en un hecho geográfico real: España se está quedando sola. Los últimos datos oficiales de INE, de 2017, ya apuntan a la extensión de ese desierto demográfico en 22 de las 50 provincias españolas. De éstas, hay catorce en las que más del 80% de sus municipios están en riego de extinción. Soria siempre está ahí («Es la tierra de Soria árida y fría», escribió Antonio Machado como si viese sus destino solitario), donde un 94% de sus municipios pueden desaparecer porque nadie los habitará. Es el caso que mejor ejemplifica esta situación: de los 183 pueblos que tiene Soria, sólo once tiene más de mil habitantes.

En parecida situación está Zamora, Burgos, Salamanca, Teruel, Palencia, Guadalajara o Segovia. Lo realmente significativo es que así como estas capitales se están asentado como un polo de atracción por su calidad de vida y modelo de «ciudad con encanto», el medio rural que la rodea está en franco declive. El fenómeno, además, se extiende a lugares hasta hora con una demografía estable, como León, Lérida, Navarra, Castellón, Tarragona y Gerona. Las cifras son demasiado rotundas para no tenerlas en cuenta: de los 8.124 municipios que hay en España, 4.983 están amenazados por ese abandono. En el informe «Población y Despoblación en España 2016» (FEMP) se ofrece la radiografía de cómo se está repartiendo la población: el 61% de los municipios españoles concentra tan sólo el 3,15% de los habitantes.