Sanidad
Europa financia el medicamento contra el insomnio crónico que España rechaza
Alemania, Reino Unido y Francia lo costean con dinero público
El rechazo de Sanidad a incluir en la prestación sanitaria el primer y único medicamento indicado específicamente para el insomnio crónico, daridorexant, es una muestra más del retraso en el acceso a medicamentos innovadores que sufren los pacientes españoles. El fármaco, aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en junio de 2022, está financiado en las tres grandes potencias europeas: Alemania, Reino Unido y Francia.
En España, aunque está disponible con receta en las farmacias desde principios de 2023, el paciente debe abonar de su bolsillo algo más de 90 euros por un tratamiento para 30 días. Aunque no hay un límite de uso, la ficha técnica si indica que el médico debe evaluar la evolución del paciente al que se lo ha prescrito a los tres meses, con lo que estaríamos hablando de que el tratamiento mínimo efectivo saldría por cerca de 300 euros.
El medicamento ha supuesto un antes y un después para muchas muchas personas que, durante años, pasaban noches en blanco, con el consiguiente perjuicio para su salud mental y física y su calidad de vida.
Dada la prevalencia del insomnio clínico y crónico entre los profesionales sanitarios (que dobla a la de la población general), los efectos de la falta de sueño en su trabajo pueden tener consecuencias nefastas.
«Entre un 25 y un 50% de las personas que trabajan por turnos o que hacen guardias van a desarrollar problemas de insomnio», detalla Carmen Bellido, médico de sanitarios en el Hospital General de Castellón. «Si yo le estoy dando una hipnosedante a un profesional que luego tiene que ir a un quirófano, coger una vía para poner una quimioterapia o preparar a un niño para operarlo… pues, en el fondo no estás tranquilo, porque sabes que tiene efectos sobre la funcionalidad diurna. Sin embargo, con este medicamento, ese riesgo desaparece. Yo estoy muy contenta con los resultados en la población que trato, que son sanitarios, y es una lástima que no esté financiado porque mucha gente no se lo puede permitir».
Una de esas pacientes es Laura M., de 50 años, enfermera de la UCI del citado hospital. Antes de usar el medicamento probó el abanico de alternativas posibles para tratar su insomnio, todas pagadas de su bolsillo: insonorizó su habitación para poder dormir por el día sin ruidos e hizo la terapia cognitivo- conductual que recomiendan las guías clínicas como primera opción para tratar los trastornos de sueño, que en España no está disponible en la Sanidad pública. Reconoce que mejoró con ambas decisiones, pero la solución definitiva no llegó hasta que la doctora Bellido le prescribió el daridorexant.
«A mí me ha cambiado la vida; siempre he tenido problemas para dormir, desde adolescente. En mis primeros años de trabajar como enfermera en Cuidados Intensivos podía con todo: era joven y no tenía cargas familiares. Pero, después, ya siendo madre de dos niñas, empezó a pesarme», explica.
«Pagar este medicamento supone un esfuerzo económico. Conozco a mucha gente que no puede permitírselo y que tiene que seguir recurriendo a las benzodiacepinas», añade.
Es importante señalar que el medicamento no es para un tratamiento crónico; su mecanismo de acción consigue, en la mayoría de los pacientes, cambiar la arquitectura del sueño en el corto-medio plazo. «El 80% de los pacientes a los que se lo he prescrito no ha necesitado volver a tomarlo. Hay algunos casos en lo que hace falta un tratamiento de un año, y hay evidencia de que esto no supone ningún riesgo», destaca al respecto Bellido.