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El secreto de la longevidad de Francisco Núñez

Muere el «abuelo del mundo» con 113 años. Las claves para vivir más: fuera agobios y buena dieta

Francisco Núñez Olivera
Francisco Núñez Oliveralarazon

Muere el «abuelo del mundo» con 113 años. Las claves para vivir más: fuera agobios y buena dieta.

l día que Francisco cumplió 113 años desayunó magdalenas y un yogur líquido. Tenía la tensión arterial perfecta y nada de azúcar en la sangre. Como cada día, empezaba la mañana observando sus campos de Bienvenida (Badajoz), donde nació y se mantuvo durante toda su vida. Paseaba y sonreía. Y, sobre todo, no discutía. Eso lo cumplía a rajatabla. En definitiva, un ritmo de vida que le permitió vivir hasta los 113 años y convertirse, hasta el pasado lunes, en el hombre más longevo del mundo

Marchena, como se le conoció por su parecido con el cantaor andaluz, falleció acompañado de su hija, María Antonia. Llevaba unos años que le costaba andar y ya no salía de casa a jugar la partida de cartas con sus amigos. Sin embargo, su salud nunca se resintió: apenas tomaba tres pastillas diarias, no fumaba y comía muchas legumbres. Estas son, para algunos expertos algunos de las claves de su longevidad. «Aunque sin duda influye la genética, las condiciones medioambientales constituyen otro de los factores esenciales», asegura a LA RAZÓN Rosa López Mongil, coordinadora del grupo de trabajo de alimentación y nutrición de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

Tampoco tenía dolores ni enfermedades, quizá porque siempre se mantuvo activo y con un estilo de vida saludable. «Un aspecto clave de Francisco fue su forma de ser. Era muy sonriente, afrontaba la vida con optimismo. Esto, aunque parezca una tontería, es fundamental a la hora de afrontar la vida», añade López sobre este pacense que nació el 13 de diciembre de 1904 y realizó el servicio militar en Marruecos con 20 años.

El componente familiar también es importante para llevar una vida placentera. Marchena tenía dos hermanos vivos, uno de 97 años, que reside en Asturias, y su hermana, de 93, vecina de Bienvenida. «El hecho de tener un círculo o un lazo familiar hace que esa persona mantenga unos objetivos y unas metas». Lo que le permitía hacer su rutina sin estrés. «Hacer muchas cosas simultáneamente y transmitir la sensación de ahogo hace que las probabilidades de vivir mucho tiempo no sean altas». Su forma de ser, en ese sentido, era el mejor ejemplo de todos: eliminar agobios y vivir con calidad.

Para conseguirlo, es necesario seguir una dieta adecuada. Los expertos apuestan por la mediterránea, pues centra su atención en vegetales, frutas y legumbres. «Se recomienda tomar entre tres y cuatro veces a la semana las legumbres. Francisco lo hacía, junto con otros alimentos como el aceite de oliva, los lácteos y el huevo». Todo ello le permitió tener una tensión arterial normal. Algo que no es tan frecuente en la sociedad actual. «Hay que tener en cuenta este dato pues la primera causa de muerte en España son las cardiovasculares».

Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, España es el segundo país con mayor esperanza de vida al nacer (83 años). María Dolores Ortiz, psicóloga especialista en gerontología, considera que cada vez más estos topes de edad irán subiendo. «Ya no es novedad que alguien alcance los 90 o los 100 años, sino mantenerse». Y, especialmente, hacerlo con todas las garantías. «Además de tener hábitos de vida saludables y realizar deporte, resulta esencial tener objetivos e intereses». Marchena, por ejemplo, contaba con su huerto, donde cultivaba buena parte de sus alimentos. «Y tener un control emocional adecuado, pues los sentimientos tienen implicaciones directas sobre la salud».

De este modo, y si las condiciones de vida no cambian, el número centenarios aumentará. El gran reto, concluye Ortiz, «es llegar a esas edades con calidad y libres de discapacidad, de tal modo que la persona se pueda sentir autónoma».