Internacional
G. Nicolini: «Los políticos crean enemigos para ocultar sus fracasos»
Ex alcaldesa de Lampedusa
Durante su etapa como alcaldesa de Lampedusa afrontó alguno de los naufragios más letales en las costas del Mediterráneo. Cada vez que Giuseppina Nicolini recuerda el mes de octubre de 2013 le cambia el gesto. «Fue muy dramático. Además de dolor también había rabia. Fueron muertes muy injustas». La regidora tuvo que hacer frente al horror de recibir cientos de fallecidos en una pequeña isla en la que no estaban preparados ni psicológica ni logísticamente para tanta muerte. Los cadáveres se amontonaban y el tanatorio no daba abasto. Nicolini tuvo que pedir a los pescadores locales sus camiones frigoríficos para evitar la putrefacción. Recuperaron 366 cuerpos del mar. Comenzaron a fabricar decenas de ataúdes y, como describió ayer en el diálogo por el Día Mundial del Migrante organizado por CEAR: «El olor de la muerte invadió la isla durante meses». Se hizo conocida en Italia por gritar «¡Basta!» y porque cuando le intentaban aleccionar contestaba con un «vente a contar muertos conmigo». Conoció al Papa y a Barack Obama, recibió el Premio Unesco por la Paz 2016 pero también se convirtió en el foco de los reproches de la extrema derecha. Ayer, en una entrevista con LA RAZÓN comentó que la apodaron «la portera de África». En su opinión, «no lleva a nada dar cifras. Dan miedo y asustan. En Italia ya no hay una emergencia migratoria, pero el ministro Salvini habla de eso todo los días. En 2017 llegaron 118.000 personas, en 2018, menos de 28.000 una disminución del más del 80%. A España, 59.000, la emergencia se está desplazando desde Italia a otros países. Sin embargo, ellos no oyen la bajada, sólo oyen los 118.000 y se preguntan si están en Italia. Italia tiene una de las tasas más bajas de población extranjera respecto a otros países europeos».
¿Por qué se politiza la migración?
Obviamente, siempre ha sido así. En los momentos de crisis, cuando quien gobierna no puede cumplir con los compromisos que prometió a sus electores, sobre todo en la era de la globalización, en la que algunos temas ya no son competencia nacional, los gobernantes quieren desplazar la atención de sus fracasos personales interiores y enfocarse en un enemigo. Le dicen a sus ciudadanos que ésa es la culpa de nuestros males. No es mi incapacidad, son ellos. Vuestros males tienen una causa pues quieren invadirnos, quitaos el trabajo, quieren tener una casa como la vuestra, y las personas se dejan manipular. El trabajo que tenemos que realizar no sólo debe ser político (pues en la actualidad es una política cobarde y miedosa) sino cultural.
Una de las promesas del nuevo Gobierno es la criminalización de los barcos que rescatan en el Mediterráneo...
Esto es vergonzoso. Es más, tengo que decir que la guerra hacia las ONG y la solidaridad no la empezó Salvini, sino el Movimiento 5 Estrellas con Di Maio. Un día dijo: «Basta ya con los taxis del mar». El ministro del Interior del PD, adelantándose, exigió e impuso a las ONG un código de conducta apoyando esta idea de que en el mar hubiera cómplices de traficantes. La Fiscalía de la República ha empezado unas investigaciones que han quedado en nada. Sin embargo, todo este clima ha generado una gran crisis y un aislamiento.
Muchos países se han retirado del pacto global de migración, ¿qué le parece?
Está pasando lo mismo en cuanto al Acuerdo de París contra el cambio climático. Trump y EE UU, China... están cambiando el orden mundial. Desgraciadamente, Italia se está comportando como los peores soberanistas de nuestro tiempo. No ha cumplido con el pacto global, tampoco en los del cambio climático. Hay una vuelta hacia atrás en todo.
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