Entronización de León XIV

«Hemos venido para vivir este momento histórico»

Unas 150.000 personas abarrotaban la plaza, con una representación muy amplia de españoles

Roma en los ojos de todo el mundo, una ciudad que se ha convertido en un búnker un día sí y otro también. Este domingo ha habido que madrugar para intentar ser de los primeros en la Plaza San Pedro para presenciar la misa del inicio del Pontificado de León XIV. Dos españoles han dado ejemplo de ello: a las 6:45 de la mañana, Juan Bonen, de Mallorca, y Margarita García Cano, de Madrid, recorrieron a paso veloz la vía de la Conciliazione para asegurarse un buen sitio en la plaza. «Hemos venido especialmente desde Mallorca para vivir este momento histórico», dice Juan. Margarita interviene: «Ya veníamos tarde, queríamos llegar a las seis, pero… ha sido difícil levantarse a las cinco». Preguntamos: «¿Vistéis el sábado las cofradías que vinieron de España?». «Sí, fue increíble. Entraron a las 6:40 a la plaza».

El padre Marcos Antonio Ballena Rentería, un peruano que conoce muy bien al Papa León XIV, señaló a LA RAZÓN que es «de la Diócesis de Chiclayo. Hemos viajado desde Perú un grupo de sacerdotes con algunos laicos para estar presentes en la misa del Papa al que muchos conocemos». Explicó que León XIV, «antes padre Robert, llegó a Chiclayo para hacerse cargo como administrador apostólico. Fue el 3 de noviembre del 2014. Yo trabajaba en el seminario y en la universidad como capellán y él me dio la misión de encargarme del rectorado del seminario». Sobre él especifica que es «una persona muy allegada. Al principio la gente lo ve un poco distante, pero al charlar un momento con él la gente se da cuenta que da confianza, de su cercanía y que él es uno de nosotros».

El padre Marcos analizó el carácter organizado y precavido de León XIV: «Al Papa le gusta programar muy bien todo, no es tan espontáneo como lo era el Papa Francisco». Sobre el hecho de que León XIV haya elegido vivir en el Palacio Apostólico apunta que «al Papa le gusta respetar las tradiciones, él es único y no será una repetición del Papa Francisco, continuará con lo que hizo, pero manejando su propio estilo. Necesita tener tranquilidad y silencio, pero no se encerrará en el Palacio Apostólico».

Impresionaba ver en la Plaza de San Pedro a los 150.000 presentes mientras se llevaba a cabo el momento más simbólico de la misa de inicio del pontificado, la imposición del Anillo del Pescador. Un grupo de napolitanos llegaron esta misma mañana a Roma con otro objetivo añadido. Giovanni lo explicó así: «Hemos llegado hace un rato y después iremos a la Puerta Santa. Somos 300 y pertenecemos a la Asociación San Matia, que se ocupa de contactar con los jóvenes que tienen problemas». Y añadió: «Nuestra asociación nació hace 25 años. Empezamos a tener relación con jóvenes que hacían el Jubileo y a partir de ese momento decidimos crear esta asociación para ayudar a los jóvenes que se encuentran en dificultad».

Y los españoles no podían faltar. Unos jóvenes procedentes de Montilla (Córdoba), Marta Raigón, Abraham Córdoba y Pedro Reina, comentaban que llegaron a Roma el jueves con la Cofradía de la Hermandad de la Humildad y Caridad. Ya tenían organizado el plan de venir a Italia hace tiempo: «Queríamos encontrarnos aquí en Roma con los otros compañeros de la cofradía». Aquí recordaron lo que vivieron el día que las cofradías estuvieron en Roma: «Para nosotros es habitual ver las procesiones en Montilla, en Córdoba capital o Sevilla, pero verlo aquí en Roma y que el mundo entero pueda conocer nuestra tradición es emocionante. Yo creo que a la gente le impactó mucho. Si a nosotros nos impresionó vivirlo aquí podemos imaginar para los que nunca lo habían visto. Era como ver dos tierras juntas, España con Italia unidas. Los italianos con los españoles. Mi momento fue cuando las cofradías pasaban delante del Coliseo y ver cómo otras cofradías de otros países vivían esta tradición».

Otro miembro del grupo aclaró que «me quedo con muchas imágenes, sobre todo cómo se ha vivido la fe estos días en Roma, además de la muerte del Papa Francisco. Ahora, con el Papa León, ha sido todo muy precipitado, pero la fe cristiana sigue muy viva», remachó.