Investigación Médica

La contaminación también causa caída de cabello

Un equipo de investigadores constata el daño causado por las partículas en suspensión a las células responsables del crecimiento y retención del pelo.

Hay más de 100 causas a la pérdida de cabello. Foto: Alberto Schommer/Vegap
Hay más de 100 causas a la pérdida de cabello. Foto: Alberto Schommer/Vegaplarazon

Un equipo de investigadores constata el daño causado por las partículas en suspensión a las células responsables del crecimiento y retención del pelo.

Cada día renovamos entre 50 y 100 cabellos y, en otoño, esa cifra puede llegar a 200 o incluso más al día por las condiciones de iluminación y temperatura. Hasta ahí todo normal, no hay que preocuparse porque es el ciclo de vida del cabello, salvo que se note un descenso muy acusado de la densidad capilar o que el proceso se prolongue durante más de dos o tres meses. Ahí pueden intervenir múltiples factores, como la genética, las hormonas masculinas, el estrés, la dieta, los hábitos tóxicos... Y a ellos hay que sumar otro factor externo: la contaminación atmosférica. Hoy se presentará en el vigésimo octavo Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV) que se celebrará hasta el 13 de octubre en Madrid una investigación sobre cómo la exposición a contaminantes atmosféricos comunes está vinculada a la pérdida de cabello.

Hasta la fecha se había sugerido que la polución estropeaba el cabello, ensuciándolo y que se regeneraba peor debido a la influencia negativa de los radicales libres. El estudio dirigido por Hyuk Chul Kwon, del Future Science Research Center, en República de Corea, concluye que la presencia de partículas en suspensión iguales o inferiores a 10 micras (PM10) de diámetro y las de 2,5 (las que emiten los vehículos diésel) disminuyen los niveles de beta-catenina, la proteína responsable del crecimiento del cabello o mejor dicho la que activa las células productoras de pelo que se encuentran en reposo, tal y como hallaron años atrás un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan. La investigación se realizó exponiendo las células del cuero cabelludo humano conocidas como células de la papila dérmica del folículo humano (no al folículo en sí) a diversas concentraciones de polvo similar a las PM10 y PM2,5. Y tras 24 horas «incubadas» en laboratorio, los investigadores detectaron un descenso de los niveles de beta-catenina. Y no solo eso. También constataron una caída progresiva en los niveles de ciclina D1, ciclina E y la quinasa dependiente de ciclina 2, conocida como CDK2, según la concentración del contaminante.

Su impacto

«Si bien el vínculo entre la contaminación del aire y enfermedades graves está bien estudiado, hay poca o ninguna investigación sobre el efecto de la exposición de partículas en la piel y el cabello humanos. Nuestra investigación explica cómo los contaminantes del aire afectan a las células de la papila dérmica del folículo humano (no el impacto de los contaminantes al folículo, de lo que sí hay más estudios), y muestra cómo los contaminantes del aire más comunes conducen a la pérdida de cabello», explica Hyuk Chul. Ahora bien «es necesario realizar más investigaciones para comprender cuán rápido afecta esta contaminación a los individuos expuestos con regularidad a ella», reconoce.

«Hay más de 100 causas tras la pérdida de cabello. Respecto a la alopecia androgenética, la calvicie común, intervienen dos factores principales: la genética y la acción de los andrógenos (las hormonas masculinas), aunque no se sabe en qué porcentaje», precisa Cristina Serrano, coordinadora del Grupo Español de Tricología de la AEDV.

En la actualidad «se desconoce qué patrón sigue la genética, porque no hay un modelo de herencia predominante, sino que intervienen muchos genes. Respecto a los factores andrógenos sí se conoce que es por la acción de la dihidrotestosterona a nivel de los receptores del folículo piloso, lo que se hereda es una mayor sensibilidad de los receptores a esta dihidrotestosterona. La genética y la acción de los andrógenos constituyen la mayor parte de la etiopatogenia de la enfermedad. Hoy en día hay otros muchos factores que sabemos que influyen también en la alopecia androgenética, principalmente el tabaco, la polución, el estrés, la microbiota... todos ellos factores inductores». También, añade Serrano, el «estrés oxidativo». Factores, en definitiva, que hacen que muchos de los folículos pilosos en fase de crecimiento pasen esta fase antes de tiempo y empiecen a caerse. De ahí que cada vez sean más las líneas de investigación para tratar de lograr mantener los niveles de la beta-catenina, encargada de la adhesión celular. No será el único estudio sobre alopecia que se presente. También se abordará una investigación realizada por un grupo español que relaciona la microbiota intestinal con el desarrollo de la alopecia areata (de origen autoinmune), novedades terapéuticas y la realidad de los trasplantes capilares, dado que no son siempre una solución para todos los tipos de alopecia.