Sociedad
La investigación apunta a que Diana Quer fue secuestrada
El hecho de que la joven dejara de utilizar su teléfono de forma súbita cerca de su casa hace sospechar que fue forzada a subir a un automóvil.
El hecho de que la joven dejara de utilizar su teléfono de forma súbita cerca de su casa hace sospechar que fue forzada a subir a un automóvil.
Diana Quer utilizó su teléfono en la noche del 22 de agosto, fecha de su desaparición, para chatear y consultar alguna página web mientras se dirigía desde el centro de A Pobra de Caramiñal hasta las cercanías de su casa.
Sin embargo, este tráfico cesó súbitamente, aunque el iPhone no fue cerrado, y el aparato se mantuvo operativo hasta que fue lanzado al mar desde el Viaducto de la Ría de Arousa, en la autovía AG-11, a las 3,15 de la madrugada.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación, a partir de que Diana dejara de utilizar su móvil hasta que dejó de conectarse a los distintos postes que existen en las proximidades de Rianxo, la joven madrileña viajaba a bordo de un automóvil, por la velocidad de que la conexión pasaba de un poste a otro.
Ante estos datos, todo parece indicar que Diana fue subida a un coche por la fuerza en las proximidades de su domicilio. La hipótesis del secuestro, mantenida por la madre desde el primer momento, no puede descartarse y cobra fuerza.
Parece poco probable que una persona de su edad, 18 años, dejara de utilizar su móvil si hubiera subido voluntariamente a un vehículo. Si dejó de usar el aparato fue porque alguien se lo impidió.
Las últimos movimientos que registra el iPhone de la joven corresponden a la consulta de las citadas páginas web; al whatsapp ya conocido en el que advierte a un amigo de que alguien la está acosando desde un coche y, por último, un mensaje de voz, en tono cariñoso, a su amiga Zaida, hija de Arancha de Benito (noticia adelantada por el programa «Espejo Público», de Antena 3), que en esos momentos dormía en Madrid y que no lo escuchó hasta la mañana siguiente. La referencia a que tenía que cargar la batería, que los investigadores niegan que se produjera entre los últimos movimientos, es un dato a tener en cuenta, pero lo cierto es que el teléfono sólo dejó de funcionar cuando fue lanzado al mar desde el citado viaducto. Es decir, le quedaba autonomía para seguir operando.
Si estamos, como parece, ante unos hechos que se inician en contra de la voluntad de Diana, bien sea porque la persona o personas con las que tenía establecida la cita provocan una situación indeseada por la joven; o porque directamente es introducida en un coche por la fuerza, el desenlace que se pudo producir no permite muchas esperanzas de hallarla con vida.
Por ello, tal y como adelantó LA RAZÓN en su edición del pasado domingo, la Guardia Civil ha intensificado una serie de líneas de investigación, que nunca había abandonado, y que se refieren a los feriantes que tenían establecidas sus atracciones en A Pobra cuando desapareció Diana; y sobre algunas personas de la citada localidad y otras próximas.
Las citadas fuentes llevan tiempo convencidas de que la pista que les llevará hasta el individuo o individuos que puedan aportar datos definitivos sobre lo que le ocurrió a la joven aquella noche, están encima de la mesa de trabajo en la que, en estos más de seis meses, se han acumulado informes sobre tráfico telefónico, personas, fotografías, declaraciones de testigos, etcétera.
Lo que ocurre es que al trabajar en un caso en el que no se ha encontrado a la persona, o, en el peor de los casos, su cuerpo, falta uno de los elementos fundamentales de la investigación.
Las hipótesis, basadas en datos firmes, están ya realizadas; hay sospechosos, pero la realidad es que no se cuentan con las evidencias suficientes como para presentar el caso ante el juez competente. Los investigadores recuerdan que la Guardia Civil ha tardado en ocasiones varios años en resolver un hecho delictivo –confían en que con Diana Quer no ocurra lo mismo– pero subrayan que la opinión pública, y la familia de la joven en particular, no pueden albergar ninguna duda de que se realizan todos los esfuerzos posibles con los medios disponibles.
Desde el principio se descartó como muy poco probable otra hipótesis: la de que algún delincuente sexual que no era de la zona y que pasaba aquella noche por allí viera a Diana caminar en solitario hacia su casa y decidiera secuestrarla. Hasta ahora no hay pistas al respecto.
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