Reforma de la Ley del Aborto

Las clínicas, ¿menos blindadas?

La Razón
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- ¿Descenderá el número de abortos con la nueva ley o las clínicas tratarán de aprovechar los resquicios legales?

–Se va a bajar el número de abortos, pero no mucho. El motivo estará en el supuesto del riesgo para la salud psíquica de la madre. Se establece un control pero, al estar realizado por médicos privados, puede que no sea complicado para ellas salir adelante. Conceptualmente la ley es muy buena: cambia el marco conceptual jurídico por el cual el aborto deja de ser un derecho. Pero se trata de un supuesto que no está suficientemente controlado.

- El texto también establece la prohibición de anunciarse para las clínicas. ¿Puede suponer un descenso de sus ingresos?

–Sí que les va a afectar al «negocio» del aborto. Si no pueden anunciarse en medios de comunicación o en internet –la mayoría de chicas que acuden a clínicas tuvieron conocimiento de ellas a través de la red–, eso puede suponerles un perjuicio. Ahora cabe la posibilidad de que muchas mujeres acudan a los servicios pertenecientes a la Sanidad pública del Sistema Nacional de Salud, estableciendo un procedimiento de información bien planteado y que puede salvar vidas.

- El PSOE se ha alineado con las clínicas. ¿Se conjugan los intereses ideológicos de los primeros con los intereses comerciales de los segundos?

–No conocemos muy bien los motivos por los que el PSOE está tan alienado con los intereses económicos de las clínicas. Antes del verano de 2008, la que era ministra de Igualdad, Bibiana Aído, se reunió con los representantes de las clínicas. Y, justo después, y sin que estuviera prevista la reforma en su programa electoral, anunció la elaboración de una ley de aborto libre. Y eso fue lo que ocurrió. La «Ley Aído» fue una amnistía para los empresarios y médicos abortistas. El caso del doctor Morín es un ejemplo. Les dotó de seguridad jurídica para abortar sin control ni reproche penal. De ahí la preocupación de las clínicas. Si con ley del 85, que contaba con controles más laxos que el actual anteproyecto, algunos abortistas acabaron en la cárcel, ahora, con una ley más dura, vuelven a correr ese riesgo.

*Presidente de HazteOír