Crimen de Asunta
Las mentiras de Basterra al descubierto
Mientras en una primera declaración aseguró que dio unos polvos blancos a la niña, en el juicio lo negó rotundamente.
Entre la primera declaración de Alfonso Basterra y la segunda han transcurrido dos años. En 2013 su tono fue humilde y conciliador. Sólo se alteró un poco cuando el fiscal le hizo preguntas que le colocaban en situaciones comprometidas para las que no tenía una respuesta estudiada. Este viernes exhibió su verdadero yo, un hombre retador, chulo, airado y altanero. Su carácter no fue lo único que cambió. También sus respuestas.
Separación, primera versión
Fiscal: ¿Qué desencadenó la ruptura?
Alfonso: Descubrí que me había estado engañando. Lo descubrí en Reyes, pero no voy a entrar en detalles morbosos. Entré en su correo electrónico y se me vino el mundo encima. Me mantuve callado para no estropearle los Reyes a mi hija. Pasé toda la tarde fumando como una bestia.
Fiscal: ¿Se puso como un energúmeno en casa?
Alfonso: Posiblemente. (...) Cuando descubres que una persona en la que confías te traiciona, pues sí, tuve una reacción airada.
Separación, segunda versión
Juez: ¿No hubo un incidente?
Alfonso: No, no, no, no. Por Dios.
Juez: ¿Usted se marchó tranquilamente?
Alfonso: Si, sí. Estaba nervioso yo, pero...
Juez: ¿Tuvo discusiones, enfrentamientos...peleas?
Alfonso: No, no por Dios.
El asalto en casa de Rosario.
Alfonso Basterra contó en su primera versión que casualmente fue a desayunar una mañana a casa de su ex y Asunta le dijo que la noche anterior un individuo se había colado en la casa y la había intentado asesinar.
Juez: ¿Usted qué hizo?
Alfonso: Bueno, pues, hablarlo con Charo y decirle: «¿Qué hacemos?» Claro, yo esas cosas...
Durante el juicio cambió de versión y explicó que él propuso denunciar.
Alfonso: El 5 de julio Rosario me pidió que subiese a casa. Me la encontré con un golpe en la cara (cuenta lo que Rosario le dijo del episodio nocturno). Yo no le resté importancia, les pedí que mejorasen, ambas, las medidas de seguridad. Propuse ir a comisaría, claro, pero Rosario prefirió que no, porque no iba a prosperar.
Los polvos blancos, primera versión
Juez: ¿Le había dado usted polvos blancos a la niña?
Alfonso: (Tarda en responder) Vamos a ver. Tenemos mucha amistad con Sabela Martínez, pediatra. Ha visto a la niña desde pequeña y le dio una medicación, son los famosos polvos blancos que Asunta pues dijo que le habían sentado mal (...) Esos famosos polvos blancos los tomó una vez (...). Nosotros sólo se los dimos un día y determinamos que no, porque ella relacionó esos polvos, medicina, como quiera usted llamarlo, con esa sensación de mareo.
Fiscal: ¿Los polvos sólo una vez?
Alfonso: Sólo una vez.
Fiscal: ¿Qué tipo de medicamento son los polvos? ¿Es un antibiótico?
Alfonso: No lo sé, (...) eran unos polvos que había que disolverlos en agua y se tomaba y ya está. Pero es que la niña lo asociaba a que se encontraba mal y como yo sé lo que son las alergias...
Los polvos blancos, segunda versión
Fiscal: ¿Le dio polvos blancos a la niña?
Alfonso: Por su puesto que no.
Fiscal: Usted manifestó en su primera declaración que le dio polvos blancos que le recetó Sabela.
Alfonso: Ese día llevaba seis días llorando, sin parar. Ante mi perplejidad, el 25, miércoles, la Policía me detiene. Me paso dos días en los calabozos de la Guardia Civil, un sitio donde no viviría ni una rata. Yo no estaba, si tiene empatía, en condiciones para hacer una declaración. Si me preguntan si soy el hijo del papa Francisco, diría que sí.
Sin embargo, el día de su primera declaración Alfonso estaba tranquilo, aparentemente relajado, y sobre los polvos blancos, llegó a responder hasta a 18 preguntas referidas a ese tema. La noche anterior, en los calabozos no se le escucha llorar en las grabaciones ilegales ni tampoco llora durante su declaración, ni derramó una lágrima durante el funeral.
Deberes, primera versión
Alfonso: Señoría, ella me dijo que la dejó en casa haciendo los deberes porque la niña quería terminar, es muy responsable, los deberes para el día siguiente e irnos a la playa con todo hecho.
Deberes segunda versión
Fiscal: Me interesa corroborar la versión de Rosario (la de que Asunta se había quedado en casa haciendo los deberes).
Alfonso: Le parecerá muy sencillo pero para mí mi única preocupación era mi hija. Yo estaba histérico, empecé a fumar como un descosido. Yo no sé lo que le dijo. ¿Cómo lo voy a recordar?
Fiscal: En esa preocupación de encontrar a la niña, ¿hicieron el ejercicio de repasar los últimos pasos?
Alfonso: No recuerdo si el Policía lo preguntó, no lo recuerdo. Está empeñado en preguntarme lo mismo y podemos estar así hasta mañana.
La despedida, primera versión
Rosario, su ex marido y Asunta comen en casa de Alfonso. Juegan a las cartas y la niña y su madre se van. ¿Juntas o separadas?
Fiscal: El sábado, ¿comieron los tres juntos? (Alfonso asiente) ¿Se marcharon las dos juntas?
Alfonso: Se marcharon las dos juntas. Yo les acompañé a la puerta.
La despedida, segunda versión
Alfonso: Se marchó la niña. Creo recordar que salieron las dos juntas. Luego me han dicho que se quedó conmigo, ella había vuelto a fumar y nunca lo había hecho delante de la niña y se quedó a hablar y fumar.
Fiscal: Son dos versiones distintas, una que se marcha la niña sola y otra que se van juntas.
Alfonso: Sí, pero también le he explicado que estaba mal cuando declaré. Un error no significa nada.
Son sólo algunas de las contradicciones propias de Alfonso Basterra. Durante las próximas sesiones, otros testigos le negarán. Como la pediatra, que negará jamás haberle recetado polvos blancos para que se los diese a Asunta.
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