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Cáncer

Las “vacunas” que salvan a cientos de pacientes

Al igual que ocurre con la de la gripe, el fin es producir memoria inmunológica para que el organismo reconozca el tumor y lo combata. Tiene menos efectos secundarios

Dolores Solera larazon

María Dolores Solera acude, desde hace tres meses al Hospital Gregorio Marañón de Madrid en busca de “su vacuna”. A sus 62 años, se lleva de calle a los médicos y enfermeras del centro. Ha pasado por varias enfermedades y se conoce el centro como si fuera su casa. Es más, asegura que “discuto con mi médico, Antonio Calles, como si fuéramos un matrimonio”. Sufre cáncer de pulmón y la inmunoterapia le está dando buenos resultados. Ahora, con el tratamiento, son sus propias defensas las que luchan contra las células cancerígenas.

Pero, ¿qué tiene en común este tipo de tratamientos con la vacuna de la gripe que se han puesto cientos de personas este invierno? “Ambas son capaces de producir memoria inmunológica, permiten que el organismo reconozca, de forma eficaz, al tumor, para así, poder combatirlo”, explica Iván Márquez, oncólogo de este mismo hospital y uno de los creadores de la primera inmunoterapia contra el cáncer desarrollada íntegramente en España. “Lo que conseguimos con estos tratamientos es que nuestro sistema inmune bloquee ciertas proteínas y que nuestras defensas sean capaces de reconocer al tumor” como un enemigo a batir. La nueva terapia que ha creado Márquez ha demostrado en un ensayo clínico con pacientes de melanoma, tumor de pulmón y renal, que además de “no provocar efectos secundarios graves es capaz de controlar la enfermedad en un 58 % de los casos y de reducir el tamaño tumoral en un 17 %". Lo que consiguen los oncólogos con estos tratamientos es, de alguna forma, “quitarle el freno de mano al sistema inmune”.

Aunque los mejores resultados que se han obtenido hasta el momento se han dado en melanoma, cada vez son más los tumores que se benefician de estas técnicas: el cáncer de pulmón no microcítico, el de vejiga, el renal, el de cabeza y cuello, el linfoma de Hodgkin o el carcinoma de Merckel. Todos ellos, cuando ya están en proceso metastásico. Para todos ellos, hay aprobados cuatro fármacos –aunque cada año se van sumando nuevos- que se utilizan en nuestro país y que van dirigidos a combatir las proteínas diana de los tumores. Los compuestos nivolumab y pembrolizumab bloquean la PD-1, el atezolizumab y avelumab bloquea la PD-L1 y el pilimumab bloquea la señal inhibidora de la CTLA-4. Nombres complejos, pero que salvan vidas. “Los enfermos a los que se les administra, no tenían tratamiento al que agarrarse y estos les dan otra oportunidad. A esto se suma que la mayoría de ellos tienen menos efectos secundarios y mejora su calidad de vida”, explica Márquez.

EL VIRUS ONCOLÍTICO

Y la investigación prosigue. Hace menos de un años, dos neurólogos españoles, Candelaria Gómez-Manzano y Juan Fueyo, que trabajan en el prestigioso MD Anderson Cancer Center de Texas (EE UU) descubrieron cómo luchar contra uno de los tumores más agresivos que existen: el glioblastoma, un tipo de cáncer cerebral con muy mal pronóstico. Modificaron un virus similar al de un catarro –el adenovirus- y se lo inyectaron a 25 pacientes. Los resultados, que se publicaron en la revista “Journal of Clinical Oncology” demostraron que el 20 por ciento vivieron más de tres años tras recibir la inyección que va directa al tumor. Y es que, normalmente, este tipo de enfermos fallece en seis meses por la dificultad de extirpar el tumor, así como por la inacción del resto de tratamientos, incluida la inmunoterapia. Eso sí, es importante realzar que aún no son tratamiento del todo efectivos porque, en el caso del glioblastoma, el tumor reapareció meses después. A este tipo de patógeno modificado se le denomina “virus oncolítico”, ya que combate el cáncer. Pero, por el momento, abre una esperanza más y, por eso la Clínica Universidad de Navarra ya ha iniciado los primeros ensayos clínicos con esta técnica para tratar a niños con tumores en el tronco cerebral a los que también se les suministra radioterapia.

Eso sí, queda esperar si este virus, u otros, pueden ser también efectivos para otros tipos de tumores. Pero no sólo eso. Como indica el oncólogo del Gregorio Marañón, “la inmunoterapia ya es una realidad, pero aún nos queda conocer por qué no es efectiva en entre un 30 y un 50 por ciento de los casos. Debemos identificar a los pacientes a los que no les funciona para plantear otras estrategias”. Asimismo, también insiste en que debemos poner el foco en “el uso de la inmunoterapia como terapia preventiva y poder prevenir recaídas. Ya sabemos que en melanoma resecado funciona”.

Dolores Solera

Esta mujer lleva la garra en las venas. Desde hace tres meses, acude al Hospital Gregorio Marañón de Madrid en busca de «su vacuna». A sus 62 años, se lleva de calle a los médicos y enfermeras del centro. Tanto que hasta discute con su oncólogo «como si fuéramos un matrimonio». Ha pasado por varias enfermedades y se conoce el hospital como si fuera su casa. Dolores sufre cáncer de pulmón y la inmunoterapia le está dando buenos resultados. Ahora, con este nuevo tratamiento, son sus propias defensas las que luchan contra todas sus células cancerígenas.

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