Cáncer
Layla Richards, el bebé que venció a un cáncer incurable
La británica Layla Richards tiene un año pero sufría una leucemia mortal. El desarrollo de la enfermedad estaba tan avanzado que los médicos le dijeron a sus padres que no podían hacer nada por ella y que debían prepararse para dejarla marchar. Sin embargo, esta pequeña luchadora se negó a abandonar y gracias a un tratamiento experimental ha superado la enfermedad y ha vuelto a sonreír.
Layla es la primera persona en el mundo en beneficiarse de una técnica experimental que modifica genéticamente células inmunes para combatir células cancerígenas, informa "Mirror".
La madre, Lisa Foley, de 27 años, explicó que ella se había negado a "renunciar"a su hija y recordó que se negaron a "aceptar los cuidados paliativos"y que pidió a los médicos que "intentaran lo que fuera para intentar salvar a mi hija, aunque no se hubiera probado antes".
Layla tenía sólo 14 semanas de edad cuando le fue diagnosticada una leucemia linfoblástica aguda, la forma más común de leucemia infantil. Al principio, los médicos sospecharon que tenía un parásito en el estómago pero tras una analítica fue trasladada de urgencia a cuidados intensivos al hospital Great Ormond Street.
Los médicos describieron que tenía una de las formas más agresivas de leucemia que habían visto hasta ahora. Por ello, la sometieron a varias rondas de quimioterapia y recibió un trasplante de médula ósea, pero nada funcionaba. Siete semanas después, el cáncer volvió y se sometió a un tratamiento experimental en Sheffield, que también fracasó.
Los médicos ya no podían hacer nada y sugirieron a los padres los cuidados paliativos. Ante la negativa de los padres, el equipo médico les explicó que el hospital trabajaba en un tratamiento experimental que implicaba el uso de "tijeras moleculares"para modificar los genes y crear células inmunes diseñadas y programadas para cazar y matar a la leucemia resistente a los medicamentos.
El problema es que sólo se había probado en ratones y que sólo había un vial disponible para la niña.. El comité de ética se reunió de emergencia y aprobó el tratamiento. El padre de Layla, Ashleigh Richards, de 30 años, recordó que "fue aterrador pensar que el tratamiento no había sido utilizado en humanos. Pero, a pesar de los riesgos, tuvimos dudas, queríamos intentarlo".
"Estaba enferma y tenía muchos dolores. Teníamos que hacer algo. Los médicos nos explicaron que no había garantías", añadió.
Layla recibió una dosis del fármaco experimental de 1 ml, con células de ingeniería genética conocidas como células UCART19. Sin embargo, dos semanas después no se había logrado nungúna mejoría y los médicos comenzaron a perder la esperanza, pero justo antes de enviarla a casa la niña desarrolló una erupción, síntoma de que el tratamiento había funcionado. Unas semanas más tarde, los médicos llamaron a los padres de Layla,les dijeron que se sentaran. "Pensé que era una mala noticia, pero luego me me dijeron que había funcionado y comencé a llorar de felicidad", afirmó el padre.
El futuro de esta familia es tan esperanzador como incierto. Ahora, la niña deberá someterse a exámenes con periodicidad mensual para controlar su situación pero su caso abre una ventana a otros casos como el suyo permite seguir investigando para intentar lograr una forma de vencer a la leucemia.
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