Estados Unidos
Buitres: cómo comer cadáveres y no ponerse malo
Los buitres tienen una composición genética única que les permite digerir los cadáveres y protegerse contra la constante exposición a agentes patógenos en su dieta, según un estudio del genoma del buitre de Eurasia publicado en la revista ‘Genome Biology’. El trabajo también revela que esta especie de buitre asiático está más estrechamente relacionado con el águila calva de América del Norte de lo que se pensaba, informa Europa Press.
El buitre negro, ‘Aegypius monachus’, es el ave rapaz más grande, y un ave emblemática en el Lejano Oriente. La especie desempeña un papel clave en el ecosistema mediante la eliminación de los cadáveres en descomposición, evitando así la propagación de la enfermedad. Aunque sus hábitos alimenticios implican la constante exposición a agentes patógenos, se sospecha que los buitres tienen un sistema inmunitario fuerte, mecanismos que han desarrollado para prevenir la infección por los microbios que se encuentran en su alimentación. A pesar del potencial interés en el sistema inmunológico de los carroñeros, se sabe poco acerca de las variaciones genéticas que intervienen en los procesos inmunológicos de los buitres.
El autor principal de la investigación, Jong Bhak, del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan, en Corea del Sur, explica: «Podemos ver que el buitre negro tiene firmas genéticas para resistir la infección por comer carne en descomposición. Entender la estructura genética de formas de vida extremas tiene potencial para mejorar la salud humana. Los genes del sistema inmune que hemos identificado podrían ser dianas útiles para la protección contra la infección en los seres humanos».
El equipo de este estudio secuenció el genoma de un buitre negro y lo comparó con la del águila calva estrechamente relacionada, el ave nacional de Estados Unidos, para encontrar las firmas genéticas de las adaptaciones dietéticas y ambientales que ayudan al estilo de vida del buitre de rebuscar en la basura.
Específicamente, se encontraron variaciones en los genes relacionados con la regulación de la secreción de ácido gástrico, en consonancia con su capacidad para digerir los cadáveres. Otras variaciones genéticas incluyen varios en genes vinculados con la inmunidad y la defensa contra las infecciones microbianas y virales.
Además, incluyen genes que permiten a las células ocuparse de los microorganismos y patógenos para su ingestión y eliminación. Los autores sugieren que estos pueden desempeñar un papel a la hora de ayudar a las especies de buitres a combatir los patógenos que se encuentran en su dieta y complementar el papel de la secreción gástrica.
El término buitre se refiere a dos grupos de aves de rapiña que evolucionaron de forma independiente, es decir, los buitres del Viejo Mundo, que se encuentran en Africa, Asia y Europa, y los buitres del Nuevo Mundo, que viven en las Américas.
Mediante el análisis de todo su genoma, los investigadores calcularon que las especies de buitres negros del Viejo Mundo divergieron de las especies de águila calva de América del Norte hace unos 18 millones de años. Esta división es mucho más reciente que la divergencia de los buitres del Viejo Mundo y el Nuevo Mundo hace unos 60 millones de años.
Por tanto, los resultados de esta investigación añaden más evidencia para la hipótesis de que los dos grupos de buitres evolucionaron sus características y estilo de vida similares de forma independiente en distintos lugares. El coautor Oksung Chung, de la Fundación de Investigación del Genoma, en Corea del Sur, señala: «Nos sorprendió que el buitre negro estuviera tan estrechamente relacionado con el águila calva».
El coautor Yunsung Cho, del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan, Corea del Sur, añade: «El buitre negro parece estar en algún lugar entre un buitre y un águila, y podríamos incluso considerarlo como un ‘águila negra’ genéticamente hablando».
Europa Press
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