Tarragona

España, tercer importador de monos de laboratorio

Los macacos con los que se comercia, provenientes de la República de Mauricio, se destinan a la experimentación

La Isla Mauricio es el segundo exportador mundial de macacos, después de China
La Isla Mauricio es el segundo exportador mundial de macacos, después de Chinalarazon

Madrid- España importa regularmente monos macacos de cola larga, denominados catarrinos, de la República de Mauricio. De hecho, es el tercer país exportador de estos animales, sólo por detrás de Estados Unidos y Canadá, según datos del Ministerio de Agricultura del país africano. Así, en el primer cuatrimestre de 2013 se enviaron un total de 1.461 macacos a estos tres países, así como a Alemania, Francia y Reino Unido. En concreto, 216 monos llegaron a nuestro país. La República de Mauricio es, después de China, el segundo mayor exportador de monos destinados a la experimentación. «Este cruel comercio resulta muy provechoso porque reporta a la República de Mauricio cuantiosos beneficios, negocio que contrasta con la imagen de destino paradisiaco que se le quiere dar a esa isla», comentó la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (ADDA).

Según relata la propia ONG animal, los monos son, en ocasiones, capturados en la naturaleza, y separados de sus grupos familiares, con el objetivo de ser embarcados. «Viajan en pequeñas jaulas de madera en las bodegas de los aviones comerciales de la compañía francesa Air France», destacó Neus Aragonés, portavoz de ADDA. Su principal caballo de batalla en este sentido es concienciar a esta aerolínea de que no colabore más con el «cruel» tráfico de seres vivos, como ya se han negado Air Canadá, British Airways y American Airlines, entre otras. En este sentido, se está llevando a cabo una campaña internacional llamada «NON a Air France».

Los macacos que llegan a España son trasladados en primer lugar al centro de cría de primates de Camarles, en Tarragona –«fuertemente cuestionado por los animalistas»–, y finalmente, a los laboratorios de investigación, donde se les utiliza en «crueles y dolorosos» experimentos toxicológicos y neurológicos. Además, la ONG animal apunta que, en la mayoría de los casos, los animales «son sacrificados al finalizar el procedimiento». Por el trato vejatorio que reciben estos animales, ADDA se ha adherido a la iniciativa ciudadana «Stop vivisection», aprobada por la Comisión Europea hace justo hoy un año, en la que se pide la anulación de la Directiva 2010/63 sobre la protección de los animales utilizados en la experimentación y con otros fines científicos, y que se elabore un nuevo texto para poner fin a la experimentación animal además de que imponga la obligación de utilizar métodos científicos alternativos y relevantes para la especie humana en la investigación biomédica. La iniciativa tiene de plazo hasta el 1 de noviembre para recoger 1 millón de firmas, de las que España tiene que aportar 37.500. Según la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (ADDA), la Directiva ignora las voces de muchos ciudadanos que se alzan en contra de la experimentación con animales.