San Diego
Las orcas modulan su lenguaje para imitar a los delfines
Son capaces de aprender vocalizaciones para adaptarse a sus interlocutores sociales, revela un estudio
Desde el ladrido hasta el glogloteo de un pavo, los sonidos que la mayoría de los animales utilizan para comunicarse son innatos, no aprendidos. Sin embargo, unas pocas especies, incluidos los humanos, pueden imitar nuevos sonidos y utilizarlos en contextos sociales apropiados. Esta capacidad, conocida como el aprendizaje vocal, es uno de los fundamentos del lenguaje.
El aprendizaje vocal también se ha observado en los murciélagos, algunas aves y cetáceos, un grupo que incluye a las ballenas y los delfines. Pero mientras que los investigadores aviares han caracterizado el aprendizaje vocal en los pájaros cantores en relación a vías neurales concretas, el estudio de los grandes animales marinos ha presentado un mayor desafío, informa Tendencias 21.
Ahora, el estudiante de posgrado de la Universidad de San Diego (California, EE.UU.) Whitney Musser y la investigadora del Instituto Hubbs-SeaWorld, Ann Bowles, han descubierto que las orcas (Orcinus orca) pueden practicar el aprendizaje vocal trans-especies: cuando socializan con delfines mulares o de nariz de botella, cambian el tipo de sonidos que hacen para aproximarse más a sus interlocutores sociales.
Los resultados, publicados en la revista de la Sociedad Acústica de América -The Journal of the Acoustical Society of America- sugieren que la imitación vocal puede facilitar las interacciones sociales en los cetáceos.
Las orcas tienen repertorios vocales complejos formados por chasquidos, silbidos y llamadas pulsantes -emisiones repetidas de sonidos interrumpidas de silencio-. Las características acústicas de estas vocalizaciones, como su patrón de duración, tono y pulso, varían entre los distintos grupos sociales.
Las ballenas que están estrechamente relacionadas o viven juntas producen llamadas pulsantes similares que incluyen características vocales distintivas del grupo, conocidas como dialecto.
«Durante mucho tiempo ha habido la idea de que las ballenas asesinas aprenden su dialecto, pero no basta decir que todas tienen diferentes dialectos para asegurar que aprenden. Es necesario que haya alguna prueba experimental para saber lo bien que aprenden y qué contexto promueve el aprendizaje», explica Bowles en la nota de prensa de la Sociedad Acústica de América, recogida por Newswise.
Testar la capacidad de aprendizaje vocal de los mamíferos sociales por lo general requiere la observación del animal en una situación social novedosa, una que pueda estimularle a comunicarse de nuevas maneras. Los delfines mulares son una especie útil para hacer una comparación a este respecto: hacen sonidos similares pero generalmente los producen en diferentes proporciones, puesto que su comunicación depende más de chasquidos y silbidos que de las llamadas pulsantes que dominan la comunicación orca.
Oportunidad perfecta
«Teníamos una oportunidad perfecta porque algunas ballenas asesinas han convivido con delfines nariz de botella en parques acuáticos», recuerda Bowles.
Mediante la comparación de viejas grabaciones de los patrones de vocalización de los animales mezclados con grabaciones de orcas y delfines mulares viviendo en grupos de sólo su propia especie, Bowles y su equipo fueron capaces de evaluar el grado en que las orcas aprendieron patrones de vocalización de sus interlocutores sociales.
Las tres orcas que habían vivido con delfines durante varios años cambiaron las proporciones de los diferentes tipos de sonidos de su repertorio para que coincidiera más estrechamente con la distribución de los delfines. Los investigadores también encontraron pruebas de que las ballenas asesinas pueden aprender sonidos completamente nuevos: una ballena asesina que vivía con delfines en el momento del experimento aprendió a producir una secuencia de chirridos que los cuidadores humanos habían enseñado a los delfines antes de que se la enseñaran a ella.
Las habilidades de aprendizaje vocal por sí solas no necesariamente significan que las orcas tengan un lenguaje de la manera en que lo tienen los humanos. Sin embargo, sí indican un alto nivel de plasticidad neuronal, la capacidad de cambiar los circuitos del cerebro para incorporar nueva información. «Las ballenas asesinas parecen estar muy motivadas para parecerse a sus interlocutores sociales», señala Bowles, aunque el significado adaptativo de esta conducta no se conoce todavía.
Utilidad
Hay razones inmediatas para estudiar los patrones vocales de los cetáceos: Estos mamíferos marinos están amenazados por las actividades humanas debido a la competencia por los recursos pesqueros, a que se quedan enganchados en redes de pesca, a las colisiones con embarcaciones, y a la exposición a contaminantes y vertidos de petróleo, entre otros motivos.
Si sus lazos sociales están estrechamente vinculados a sus vocalizaciones, la capacidad de las orcas para sobrevivir en medio de territorios y grupos sociales cambiantes puede estar relacionada con su capacidad para adaptar sus estrategias de comunicación.
«Es importante entender cómo adquieren [los patrones de vocalización], y a lo largo de la vida, en qué medida los pueden cambiar, porque hay una serie de diferentes poblaciones [de cetáceos] en declive en este momento», señala Bowles. «Y podemos esperar que dónde las orcas vayan, otras especies de pequeños cetáceos vayan también. Es una cuestión más amplia.»
Más información en la web Tendencias 21
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