Cambios climáticos
Los gases de efecto invernadero baten récords en 2013 y experimentan el mayor aumento en 30 años
La cantidad de gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera ha alcanzado un nuevo máximo sin precedentes en 2013, debido principalmente a la subida acelerada de los niveles de dióxido de carbono, la mayor experimentada en los últimos 30 años, según el Boletín anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). A la vista de estos resultados, la OMM insiste en la necesidad de una acción internacional concertada frente a la aceleración del cambio climático, cuyas consecuencias, señala, "podrían ser devastadoras". En concreto, las observaciones de la red de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM revelan que los niveles de CO2 han aumentado más entre 2012 y 2013 que durante cualquier otro año desde 1984. Datos preliminares apuntan a que ese aumento posiblemente obedezca a la reducción de la cantidad de CO2 absorbida por la biosfera de la Tierra, a lo que hay que sumar el incremento constante de las emisiones de ese gas, según el estudio.
La OMM añade que, entre 1990 y 2013, el forzamiento radiativo --que provoca un efecto de calentamiento del clima-- experimentó un incremento del 34% a causa de los gases de efecto invernadero de larga duración, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). En concreto, la concentración de CO2 en la atmósfera durante 2013 alcanzó el 142% del nivel de la era preindustrial (antes de 1750), el de metano el 253% y el de óxido nitroso el 121%. La OMM entiende por emisión la cantidad de gas que va a la atmósfera y por concentración la cantidad que queda en la atmósfera después de las complejas interacciones que tienen lugar entre la atmósfera, la biosfera y los océanos. Aproximadamente un cuarto de las emisiones totales de CO2 son absorbidas por los océanos y otro cuarto por la biosfera. De este modo, el estudio precisa que aunque el incremento de CO2 en la atmósfera esté amortiguado gracias a la absorción de este gas por los océanos, estos experimentan una gran acidificación, la mayor en los últimos 300 millones de años, según un análisis que figura en el informe.
Según el índice anual de gases de efecto invernadero de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos de América, el dióxido de carbono contribuyó en casi un 80% al aumento del 34% experimentado por el forzamiento radiativo de la atmósfera debido a los gases de efecto invernadero de larga duración entre 1990 y 2013. La cantidad de CO2 en la atmósfera a escala mundial alcanzó 396,0 partes por millón (ppm) en 2013. El aumento de este gas en la atmósfera de 2012 a 2013 fue de 2,9 ppm, que es el incremento anual más alto para el período de 1984 a 2013. Las concentraciones de CO2 están sujetas a fluctuaciones estacionales y regionales. Si sigue creciendo al ritmo actual, se prevé que el promedio anual mundial de concentración de CO2 supere el umbral simbólico de 400 ppm en 2015 o 2016.
El metano es el segundo gas de efecto invernadero de larga duración más importante. Aproximadamente el 40% de las emisiones de metano a la atmósfera proceden de fuentes naturales mientras que cerca del 60% proceden de actividades humanas. Este gas también alcanzó un nuevo máximo en 2013, en torno a 1824 partes por mil millones, debido al incremento de las emisiones procedentes de fuentes antropogénicas. Tras un período de estabilización, el metano atmosférico ha venido aumentando de nuevo desde 2007. Las emisiones de óxido nitroso a la atmósfera son tanto de fuentes naturales (casi un 60%) como antropógenas (aproximadamente un 40%). En 2013 su concentración atmosférica fue de unas 325,9 partes por mil millones. Su efecto en el clima a lo largo de un periodo de 100 años es 298 veces superior que las mismas emisiones de dióxido de carbono. Este gas también contribuye significativamente a la destrucción de la capa de ozono estratosférico, que protege de los rayos ultravioleta nocivos del Sol.
Acidificación de los océanos
Por primera vez, el Boletín contiene una sección sobre la acidificación de los océanos, preparada en colaboración con el Proyecto Internacional de Coordinación sobre el Carbono Oceánico (IOCCP) de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI de la UNESCO), el Comité Científico sobre Investigación Oceánica (SCOR) y el Centro Internacional de Coordinación sobre la Acidificación de los Océanos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). El documento recuerda que el océano absorbe actualmente una cuarta parte de las emisiones antropógenas de CO2, limitando con ello el aumento del CO2 atmosférico resultante de la quema de combustibles fósiles. La absorción de mayores cantidades de este gas por los océanos altera el sistema de los carbonatos marinos y provoca un aumento de la acidez del agua. El aumento de esa acidez ya se puede medir, puesto que los océanos absorben aproximadamente 4 kg de CO2 por persona al día.
Según se desprende de los datos indirectos derivados de los registros paleoclimáticos, no parecen existir precedentes para el ritmo actual de acidificación de los océanos, al menos en los últimos 300 millones de años. El informe augura que la acidificación seguirá acelerándose en el futuro, por lo menos hasta la mitad del siglo, de acuerdo con las proyecciones de los modelos del sistema Tierra. Las posibles consecuencias de la acidificación de los océanos en los organismos marinos son complejas aunque los expertos hacen alusión a su menor índice de supervivencia, desarrollo y crecimiento, así como cambios en sus funciones fisiológicas y una menor biodiversidad.
Ante estos resultados, el secretario general de la OMM, Michel Jarraud, ha afirmado que existe "la absoluta certeza de que el clima está cambiando y de que las condiciones meteorológicas son cada vez más extremas debido a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles". "La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera aumentó el año pasado a un ritmo que no se había dado en casi 30 años", prosigue, por lo que insta a "invertir esa tendencia reduciendo las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero como medida generalizada".Jarraud ha alertado de que se "está agotando el tiempo"y ha señalado que existen los "conocimientos y las herramientas para tratar de que el aumento de la temperatura se limite a 2 C como máximo y así dar una oportunidad al planeta". "No se puede alegar ignorancia como excusa para no actuar", ha apostillado.
"Si el calentamiento de la Tierra no se considera una razón suficiente para reducir las emisiones de CO2, la acidificación de los océanos debería serlo puesto que sus efectos ya se están dejando sentir y no hará sino aumentar decenio tras decenio", ha añadido por su parte la secretaria ejecutiva de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Wendy Watson-Wright.
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